Luca Giordano: Alegoría del Toison de Oro
(Casón del Buen Retiro)
a) Simpatía contenida a la par que sincera. El carácter campechano solo es adecuado para las estirpes rancias, tratadas con conservantes y edulcorantes, que simulan trasiego de majos y majas para darporculoconpalabrasdelpuebloperosinelpueblo. En la etapa neoconstitucional debemos decir que estamos cansados de la campechanía y el humor grueso patrimonio, como se sabe, de la extrema derecha (siempre ella republicana a pesar de las apariencias). El humor, por favor, siempre fino, para público familiar.
b) Aire de término medio pasado por las manos de un estilista políticamente correcto. No debemos pasarnos, después de lo visto en la historia, a una Familia Real de entes guapos como estatuas de pasarela. No, nada de resentimientos ni rencores. La representatividad ejemplar exige la media estadística que toma como universo el total de los ciudadanos. Por su parte, la dignidad que corona esa representación del pueblo, exige el paso por la peluquería, la buena percha para lucir ropas discretas y la capacidad para leer textos sin levantar al personal en apasionada marea fanática pero, al menos, con una vocalización inteligible.
Por otro lado, a través de un test psicotécnico elaborado por las mejores universidades de todas las naciones que forman la nación de naciones que debe coronar la nueva familia, contrastaremos su formación y lo que en la moderna pedagogía se denominan las competencias básicas:
La competencia de aprender a aprender, tan importante en la socialización ciudadana, es muy recomendable para el oficio. Desde luego, denotaría insuficiencia si, ante los previsibles errores, se dijera simplemente: "Lo siento mucho. Me he equivocado. No lo volveré a hacer". Hay que aprender de los errores y, sobre todo, demostrarlo con, al menos, la creación de una plaquette de poemas, un ensayo filosófico y alguna aportación plástica que se ubique como recuerdo en alguna fuente.
A estas competencias añadimos, al menos, una más: la competencia filosófica y ética. Un monarca - o, casi mejor, una reina madre - con un aparte de melancolía y una ética del cuidado que abarcara a todos los seres vivos, siempre es joya de corona. Digamos que ese componente panteísta daría un barniz de religiosidad a la nueva familia real que, de suyo, tampoco debe exagerar su pertenencia a una religión concreta de las del mercado.
En fin, los miembros de la Nueva Familia reinará a partir del día en que se firme la Neoconstitución por el presidente de la República, convencidos todos de que en nuestro país de países la monarquía es consustancial. Solo la república puede dar lugar a la Neomonarquía.
La Primera Familia Española presentará tu candidatura al trono del ImperioPanEuropeo. Hay posibilidades, ciudadanos.Y hay trayectoria para dibujar un proyecto común esperanzador. Se nos vuelve a abrir la senda del Imperio.
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En fin, solo quiero aportar mis pobres ideas al debate sereno que en estas fechas se mantiene en nuestra piel de vaca. Dimito sin compensación ni finiquito de mi trabajo de consejero. Pobre, me retiro a la buhardilla más humilde de la más polvorienta de las ciudades.
No sé si decir brillante, no sé si reír, si llorar...
ResponderEliminar¡Buenísimo! ¡Bravo!
ResponderEliminarDigo gracias y me planteo si lo narrado nos introduce en el espacio de la ciencia-ficción o, directamente, en la novela fantástica. O, quizás, sea un "minority report" que viene del futuro. Abrazos
ResponderEliminarme encantaría hacer una plaquette para poder adscribirme a la escritura de una nueva monarquía, proponer a Ubu Rey con tal de salir de esta bobarquía. Te envío un enlace con unos trazos de Presston sobre lele acual monarca. Salu a pares. http://ramonchao.wordpress.com/2013/04/19/peor-que-franco/
ResponderEliminarxD abrazos
Recibido el enlace, çç, olvidé la cuestión cinegética en el concurso-oposición.
ResponderEliminarme he reído mucho con este texto sarcástico y entrañable...
ResponderEliminarrespecto a las testas coronadas, pienso aquello de Garibaldi: "Con las tripas del último Papa ahorcaremos al último rey"...
un abrazo con alevosía nocturna!