la foto es mía
o ni eso
fue la máquina la que realizó el logaritmo para presentar así la magnolia
la magnolia no es mía y era flor desgarrada en su árbol por imperativo de fuerzas vegetales
ni siquiera el sueño era mío
por no ser, no era yo ni la mosca que escuchaba la historia
realmente no sé si tenía papel alguno en la atenta escucha
¿puedo narrar tu sueño si siento la presión en el pecho que......
?
a veces arde el alma a la altura del pecho y no porque quiera lágrima
se quema y ya está
no hace daño a nadie
ni pasa a la historia
ni narra el romance
realmente no sé por qué estaba yo ahí, junto a la mosca, escuchando la historia
estar ahí es mi sino
en mi lápida podría poner:
estaba ahí y atendía cuando le contaban historias
ya sé que no es mucho pero la alternativa era:
estaba ahí tan idiota como siempre
era tan niño
e infantil era la presión en el pecho
porque a veces el corazón no puede respirar el contenido que lo desborda
no tiene branquias
y saberlo no es consuelo
ni tampoco consuela contar una historia que, al fin y al cabo, no es mía
es otro sueño
y la historia que escucha la mosca dice que hay ojos que miran la magnolia a una distancia como infinita, vendados los ojos en una atalaya que es galería, balconada corrida, espacio íntimo que protege de los elementos y da cierta distinción, para no ver que soy yo ahora el que contempla la casa del sueño con sus hermosas ventanas, la mecedora en la que se juega a las muñecas, se lee un poema o se tejen suspiros mientras el magnolio define el patio con sus poderosas hojas verdes, flores abiertas que no solo existen en la mirada
y arriba, en la ventana, hay unos ojos que sienten que han sido salvados de alguna quema por el influjo del sueño
los veo
eso es todo
y no puedo estar arriba
porque son otros
los ojos quiero decir
yo lo cuento aunque sea otra mi historia
ni sepa tampoco si, cuando se corrigió el camino, había riesgo inminente y el alma y el cuerpo ya se despeñaban
o tal vez faltaban varias jornadas para bordar el limes
que el vértigo afecta aún en la orilla del mar y con las olas quedas
y es vértigo
no lo dudo
el caso es que en la angustia por llegar a la casa surgió un vértigo de miembro fantasma
como una flor aparecida
y, de la mano, el magnolio condujo a los ojos hasta el arriba de la ventana
para que allí mirara
y la mosca chocó contra la ventana
eso es todo
Si el alma en esos momentos que nos abrasa pudiera llorar, nos salvaría. Al menos las lágrimas.
ResponderEliminarPero ni eso. Tan solo quema, quema todo por dentro.
Ah...
Y mientras, la historia de una mosca y una magnolia.
Sigo creyendo que hay fuegos que no piden lágrimas aunque las lágrimas surjan. Si hay algo que quema.
ResponderEliminarEs raro el amor entre la mosca y la magnolia
Y menos mal que estás ahí atento con tus múltiples sentidos (porque es seguro que tienes más de cinco y de seis …) y nos cuentas las historias bien diseccionadas y repartidas en colores, sabores y texturas para todos los sentimientos.
ResponderEliminarY porque además, los sueños son de todos y de nadie.
Y porque me encantan los magnolios y las magnolias, que no es por usar los dos géneros, de verdad, sino porque es cierto.
Y la foto te ha quedado estupenda.
Un abrazo de dos vueltas.