Alonso de Berruguete: Sacrificio de Isaac (1526)
"melancólico saturnino, airado y mal acondicionado, pinta terribilidades y desgarros"
más vigor de nervios que musculatura
(Muchas figuras de Berruguete)
no tienen alma
son un simple embrollo
líneas
garabato,
revoltijo
no tienen alma
no pueden
convencer
ni razonar,
ni hablar
no tienen alma
son un quejido,
un grito,
un suspiro
no tienen alma
nunca sueña,
no tienen alma
ni meditan
no tienen alma
solo
reaccionan
como
fieras,
escalan,
chillan
gesticulan en una lucha de titanes,
más vigor de nervios que musculatura
así yo mismo depreciado después de leer a Walt Whitman
( A partir de un texto de Ricardo de Orueta)
Efectivamente
no tengo alma
dijo ella en la confluencia de sus miradas
enamorados en la eternidad del alabastro
despreciándose y calientes
Imagen: Cardenal Tavera (de Alonso de Berruguete) y Catherine Deneuve en Tristana
¿Qué distancia hay entre el Pathos de Alonso Berruguete y el Eros de Catherine de la mano de Buñuel?
ResponderEliminarDe la Deneuve siempre se dijo que poseía un extraño encanto de "bella sin alma" aunque, sin duda, sus líneas no son manieristas como las de Berruguete. La distancia entre el pathos y el eros imagino que es siempre sutil, tipo el arco dibujado por las alas de la mariposa o cosa similar. Otra cosa es si cabe (y cómo) entender las dimensiones patológica y la erótica en la ausencia de alma, como juego de tensiones mecánicas, instintivas todo lo más, formales líneas que dibujan calaveras y bellos rostros. El rostro del Cardenal ha perdido su fuerza y poderío, convertido en calavera de sí, mostrando eso que ya se era cuando se ejercía el cargo. Y la belleza de la mujer, en esa mirada que recoge los fotogramas, tiene algo de oquedad. Me recuerda a los sentimientos de los androides de Blade Runner, sentimientos que no se sabe si son reales, empatía que duda y se siente simulacro. ¿Qué hay detrás de la Deneuve? ¿Es el erotismo en ella farsa? ¿Son Eros y Pathos simulaciones provocadas por informes juegos de piezas mecánicas?
ResponderEliminarEl terror sí, y también la risa.
Un saludo