"Cómo
explicar los cuadros a una liebre muerta". Joseph Beuys. 1965.
Miguel
Ángel: Pietà (1499)
DISCURSO
Joseph
es el ángel custodio de la liebre muerta. Explica, cubierto de miel y polvo de oro, un cuadro a la bestia.
La
Virgen Piadosa, en silencio y haciéndose cargo del peso muerto,
susurra su fracaso como madre y amiga.
Son "casos" de lo humano. Ante ellos nuestra mirada de espectador es perversa y la exhibición, bajo la forma de arte o escritura, una impostura. No se debe entrar en el secreto de esos diálogos que nadie puede comprender porque, estima el común, es insano hablar con las liebres muertas de arte o con el cadáver del que parecía Hijo de Dios del dolor de una madre o del destino de la humanidad.
Esa puede ser la esencia del arte:
la participación simulada de un tercero - el espectador - en un acto íntimo: la conversación cerrada en la que solo dos caben dejando hueco a otro: la manzana sobre el plato recibe la visita de un gusano: el líquido en la botella es cóctel molotov: los labios sobre los labios se encuentran la lengua de un inesperado partícipe en la hidratación por saliva: el chamán-Beuys con su liebre y la Virgen con su Hijo deben admitir a un seguidor del arte conceptual, del cristianismo o al mismísimo Dios Padre que está siempre y en todas partes.
la participación simulada de un tercero - el espectador - en un acto íntimo: la conversación cerrada en la que solo dos caben dejando hueco a otro: la manzana sobre el plato recibe la visita de un gusano: el líquido en la botella es cóctel molotov: los labios sobre los labios se encuentran la lengua de un inesperado partícipe en la hidratación por saliva: el chamán-Beuys con su liebre y la Virgen con su Hijo deben admitir a un seguidor del arte conceptual, del cristianismo o al mismísimo Dios Padre que está siempre y en todas partes.
Sé de la indecencia de este narrar que nos lleva a las palabras susurradas en el viento, a la fecundación de los árboles con mi esperma, a la cuádruple convulsión que me parte en trozos. Lo íntimo se exhibe y nace el poema.
Así lo cuento y escribo. Callo todo lo demás
Así lo cuento y escribo. Callo todo lo demás
****
Quizás nunca imaginaste que la Visión del Arte, la comprensión del sentido de la vida o del Destino, tuviera ese halo de indecencia y de quiebra de confianza por revelación del secreto que solo a dos compete.
El brutal deseo de relato violaría el silencio debido, lo sé. Callo. Yo podría contar del amor entre las piedras... pero cierro la puerta. El Destino solo se revela en su exhibición narrada.
****
El
ángel custodio (el artista Beuys) abandona la vigilia; se duerme. Y despierta con la
liebre muerta entre sus brazos. La Madre dejó de ser la sombra del Hijo y, al regresar de unos recados, ya se lo encontró en el tiempo de la historia, agua y sangre vomitando el costado.
Fracaso.
Duelo.
No
caben explicaciones de última hora ni el recurso a la Naturaleza que
siempre nos saca de entuertos con su constelación de leyes físicas,
fenómenos genéticos, anomalías fisiológicas, designios y
filosofía de la historia.
*****
(2009)Imito
a Beuys y cubro mi cuerpo de miel o de grasa o de mis propios jugos. Yo, sí, soy yo el que necesita
explicación (del cuadro) y resurrección (tras la tortura). Soy liebre y soy cuerpo crucificado. Me rompí y ahora soy el yo
dañado que (se) incita y (se) excita en la autognosis. Como un coche
ahogado que no arranca. El yo dañado se ha de sentir muerto para
poder iniciar el proceso. La escritura es la miel y el polvo de oro
que cubre el cuerpo de Beuys; la escritura es la mano de la virgen
piadosa. Nada más difícil que la autobiografía. Ninguna apuesta
más arriesgada que asumir que uno es el ángel custodio de sí
mismo.
(2014)... y en esas estábamos, quiebra y terremoto muerto, cuando renace el misterio de la saliva hidratando a los sedientos, el par que se levanta y resucita, el viento del señor que resucita a la liebre de Beuys, el tercer día que fecunda árboles y respira el aire refugiado en el regazo.
EXPLICACIÓN:
Renuncio
a la reflexión y al argumentario. Arrojo el algoritmo a la
turbulencia de las fuerzas. Me dejo arrastrar por las palabras y
todos sus azares. Se abren claros; se cierran los cielos con nubes
negras. Me gusta porque me salva en esta noche. He cumplido.
Tengo
piedad de mí por lo mucho que me es prohibido. No puedo resucitar
liebres ni Hijos del Hombre. Ni enamorar princesas ( ¿quién puede amar al hombre
cubierto de miel y polvo de oro?). No puedo elaborar la gran Tesis ni el Poema. Me
dejo arrastrar por el capricho o la indiferencia. Me abro a lo que me enseñes y proyecto la fuerza que unía a la madre y al hijo, al Dios y a la Virgen, al artista y a su liebre.
Soy tu discípulo en asuntos de Destino.
Soy tu discípulo en asuntos de Destino.
Cancel
my subscription to the resurrection.
Aranda de Duero(septiembre de 2009) - Villaverde de Peñahorada (septiembre de 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario