Mark Rothko
Pour
toi
si
es indecisión como la pintan a la tal
si
es condena la vida en paralelo
tu
exigencia de recuerdo orbita
en mi cadencia de
olvidado
tiempo
en escala astromántica
un año luz es, en silencio amnésico, siempre
****
Pour
le petit daniel, pour le petit nicolas
salut,
parents
el paisaje
del cuidado es
asimétrico y desproporcionado
las
famosas medallitas de la madre postulaban “dar
mucho, pedir poco”
como lema de la maternidad
sin
embargo, al punto y seguido, la cosa mostraba una tentación de pacto
y exigencia: el anuncio nos impelía a pagar a la madre por sus
desvelos con la compra de la medalla
como
temiendo el mercado
del souvenir
un ataque frontal a su esencia
como
temiendo que en el dar
para no pedir ni esperar habitaba
un peligro inmenso:
lo inconmensurable
lo inconmensurable
un
trasvase
de fuerza que
no recibe rédito alguno en idéntico lenguaje o con reciprocidad de acción-reacción newtoniana
imagen especular que nos contesta o se declina en una
gramática bien distinta
lo oscuro del ángel
el horizonte
de metamorfosis para
el cuidador
su conversión en custodio ( la enorme duda),
quizás alguno de los actores se despertará
convertido en
un monstruoso insecto
etcétera
cabe
esperar (o temer) que en el devenir del proceso el cuidador se vacíe
del todo de su humanidad para alcanzar la condición mineral,
tornándose ángel de panteón marmóreo que acompañará al
desvelado ( o al que siempre se extravía) más allá de la medida humana,
subordinación plena de toda inteligencia a un sentimiento
de protección arcangélica, heraldos de lo sobrenatural transmutados desde padre-madre-amado-amante,
góticos angelotes de sepulcro para siempre, fluido impersonal
nutriente superador de todo sexo y todo ego
En
definitiva, el
problema de la ética del cuidado se muestra en que si radicalizamos su apuesta desborda la humanidad misma,
convirtiéndose en antihumana o sobrehumana.
Curioso que lo que a veces consideramos como lo más noble del hombre
(la entrega amorosa en el cuidado) sea la semilla de su negación.
¿Cabe convertir en norma la entrega tutelar incondicional? El
descoyuntamiento se ve si abordamos el cuidado en su radical irracionalidad de ángel
de cuarzo, es decir, sin que quepa en él principio contractual
alguno, ningún quid pro quo, que aligere las alas de la asimetría
angélica
la
gratuidad y entrega del cuidador puede ubicarnos, finalmente, en un
indeseable sublime inhumano
eso
sí es riesgo,
Remember,
24 de mayo de 2007- 24 de mayo de 2014
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