Si de la escritura
restara
todas las mierdas de mi vida, la queja y la
decepción frente al destino, el maldito yo en su aspecto más rastrero,
y, además, dejara de pensar en caer bien
al que me leyera para que se enamorase de mí perdidamente,
sustrayendo todo esto
para empezar y sabiendo que un porcentaje elevadísimo de la producción merece
ser destruida y enterrada en una vergonzante madrugada (antes de que el mundo
ponga las cosas) porque es eso, producción,
así, digo, tal vez podría
haber empezado a comprar cuadernos y bolígrafos, pantallas y punteros, para
iniciar algo interesante
como de espíritu o alma
como escritura
si la fuerza me
acompañara y venciera a la pereza de esta mañana dominical
Gracias por ser una fuente constante de claridad en un mundo lleno de información.
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