Salgo con cuidado de casa, no vaya a ser que el bichito me muerda las orejas o entre en la cueva de mis narizotas. Parece que llueve y que, además de la mascarilla, necesitaré el paraguas que ya tengo en la puerta. Es un día bastante normal y no me pondré pesado con toda esa queja que tanto odias. dejaré que seas tú el que me diga que el arte sirve para verse la cara
la tortuga bicéfala vs Luis
martes, 12 de mayo de 2020
miércoles, 1 de noviembre de 2017
día de santos y difuntos
este
hombre está muerto.
La
frase pudo haberla dicho la médico pero fue el cura el que la
pronunció con aire evangélico y gesto de poeta minimalista. La
doctora más tarde evidenció el cese de la actividad vital, la
cristalización del humor vítreo, qué se yo que otras cosas
vibraban en su vocabulario. Pero este hombre está ya muerto lo dijo,
así como te lo cuento, el cura. De un modo y con un tono que honran
su oficio. Un hombre del rito habló sobre un cuerpo que yacía en
la duda aún sobre la vida y la espera de ese despertar-ahora que uno
sueña milagroso. Vibraron sus palabras en el desagarro de un último
estertor que no oímos. Ellos, los curas, acostumbrados a la muerte y
al ritual, deben ser contundentes incluso ante la muerte tranquila.
Dicen:
mujer, ese hombre de ahí está muerto. Lo esencial ya no está y el
rito del caso debe ser otro.
Dicen:
hijo, ese hombre de ahí está muerto. El cuerpo muerto ya (solo)
dice de ti. Te dice huérfano.
El
cadáver de ese hombre es un cuerpo que ya no se autodetermina. Es
heteronomía de la física y la química. Pero aún así habla, y
cómo, ante ti y solo para ti.
Su
alma se fue tan rápido como, imagino, apareció un día la
conciencia en el niño aún no nacido en 1935. Poco a poco, sí, pero
de repente se nace y se muere. Poco a poco y de repente nace el amor
o se oscurece.
El
cuerpo inerte y frío, tan otro, luego vestido para la ocasión en el
ataúd, ya nos dice que somos huérfanos.
¿Qué
es huérfano? Ya no se puede preguntar la respuesta al padre como
cuando éramos niños. Sentimos la raíz que queda al aire y nuestro
anclaje – qué es el anclaje en los otros, padre - desgarra la piel
del tiempo al ser extraído. Se es huérfano aunque se tenga linaje
de poderoso guerrero espartano. Huérfanos ya amáramos u odiáramos
al padre. Por un momento cerramos los ojos para no vernos en el
centro del vértigo.
El
cuerpo inerte solo habla con su silencio al alma porque el alma no
necesita fantasmas sino cuerpos corporeizados en la muerte para
recibir el aviso.
Dice
ella: Aquí estoy y tu contingencia la dice la historia de este
hombre y de los otros que figuran nominados en la tumba. No es una
contingencia de mera precariedad intemporal y como imbécil. Es
incertidumbre escrita en los huesos de abuelos y bisabuelos ad
origen.
Nos lanza la precaria contingencia impulsada por todo el polvo y todos los huesos. Y nos lanza hacia pasado mañana.... En este duelo siempre es el pasado mañana el que asusta.
Dice
ella: eres lo que dice de ti ese cuerpo que nada dice de sí.
Me
dice a mí y no sé por qué todo eso me entristece. En vida daba
gusto ser nombrado. Me gustaba cuando me nombraba. Ahora....
Da
miedo saber que ahora somos sin tierra porque toda la tierra cayó
sobre la caja de madera brillante adornada por un cristo de resina o
plástico chino. Solo somos la tierra que ha quedado pegada en
las hebras de las raíces que ahora se me antojan rizomáticas.
Alguna
sombra ligera como de hilo erecto.
Un
gramo de olvido que penetra la sangre reverberando las palabras, las
risas, los actos de ese hombre que fue y del cual el cura dijo: ese
hombre ya está muerto.
jueves, 5 de enero de 2017
Buenos Consejos
BUENOS
CONSEJOS
(fábula)
Tiresias you teach us
what it means to hold your own
(Kate Tempest: Mantente
firme)
este cerdito es ya carne y manteca
(endecasílabo)
Lejos del país
del verano rumia el cerdito
camino del matadero.
Refuerza
desazón y angustia
con reflexiones erróneas.
Tiene miedo.
No ha leído al
monje del ferrari
ni a Paulo Coelho.
No es zen
Baja de la
montaña el cerdito
bien acompañado por
cien cerditos,
sin ganas de
sacrificio nadie
sin desear ser
salchichón de nadie
sin querer ser jamón
york light
(jamón
york de esos que encontramos en los sándwiches que llaman vegetales)
Dice uno: mala
suerte la mía.
Dice otro: malas
decisiones y mala cabeza.
Dicen a coro:
karma, karma, faktum, faktum, hybris, hybris
Dicen: No
merezco esto, no merezco esto, no merezco esto...
Así los cerditos
que al cerdito acompañan
dicen.
Muy lejos están
del país del verano.
“ Quizás tu
obra ha sido poca cosa – insinúa el lobo
ciego en la puerta
de la factoría de Campofrío - .
Haciendo balance,
esfuerzo de veras
no has hecho.
Tú te has buscado
la ruina. Llegar en camión
acondicionado es tu
producto,
efecto de tu
pusilánime causa.
Porque faltaron
agallas
resistencia
feroz batalla
cánticos de unidad
de acción.
Eres el jinete de
tu caballo
y el ingeniero de la
casa de paja que el azor derribó con sus alas”
Así dice el
lobo ciego
- que el gobernador
le arrancó los ojos pero luego le ofreció
la plaza de portero
(política de
igualdad y nuevas oportunidades reza su camisa).
Y aún
más el lobo filosofa:
“ Antes como
antes, y ahora como ahora,
solo hay una camino:
Mantente firme y
te mantendrás a salvo”.
El cerdito escucha
ya el olor de la electricidad
y no es tormenta de
verano.
Se mantiene serio y
con los testículos por corbata
será fiel al
consejo del lobo.
Firmeza
es
salvación
Mientras tanto.....
la matarife vegana y
animalista
no nota la flojera
de la tripa del cerdito,
centrada está en la
suya que despertó
con el día cruzado.
Hoy se romperá el
tormento
- se anima -
acción firme
ni un paso atrás;
hará saltar la caja
saboteando el artilugio
de la muerte.
Está a puntito de
hacer historia de rebeldía
Y el
lobo aparece
“ Quizás tu
esfuerzo ha sido.... poco;
sin ofender: te veo
flojo – salmodia again .
Eres el jinete de
tu caballo
y el ingeniero de la
casa de madera que el dragón achicharró
con su fuego. Antes
como antes, y ahora
como ahora,
solo hay una
camino:
Mantente firme y
te mantendrás a salvo”.
Y sigue
la matarife vegana y
animalista
en su revuelta.
Electrocutó su
puesto de trabajo
y en el paro aguarda
(la cárcel está
llena)
Pero show must go on
La factoría llamó
al Viejo Método
delantal
ensangrentado
barriga
y eructo
y olor a semen
rancio
(ya imaginan al
individuo)
cuchillo carnicero
sin reflejo de luna
patriarcalismo
luego borracho,
ahora sobrio
como la
muerte
como la
muerte
el cerdito siente la
garganta,
la humedad
el calor
las manchas negras
que no se quitan ni frotando
Quizás mi esfuerzo
ha sido flojo,
tal vez, dice (y
muere)
“Eres el jinete
de tu caballo
el ingeniero de tu
casa de adobe “
- el lobo mira al
poniente
y en el horizonte ve
nuevos camiones
tiene visión de un
futuro que aterra...
y avisa
hold your own
CODA
Algo falló en
el programa. Otra vez las normas decepcionan malolientes.
Mantenerse firme no equivalía a mantenerse a salvo. No basta con
cambiar de programa cognitivo. El cerdito perdió la vida, el lobo
los ojos. La matarife el puesto de trabajo y el lugar de honor en las
estadísticas de lo improbable. No obstante es auténtico el dolor
del cerdito y la visión del lobo Tiresias. Es noble y verdadero el
consejo, la necesidad de aprender a mantenerse firmes. Sin
sinceridad no pueden nuestros amigos ser héroes de versos.
martes, 3 de enero de 2017
experiencias de autoradicalización poética
El ayer se rompe en la experiencia del señor mayor. El ayer mismo, sí, esa pieza del tiempo que era "el ahora" de hace nada. ¡Ay, Dios mío! Alguien ha inventado un desierto en el mapa de la vida y su arena barre al ayer y deja sin ropa al ahora. Ahora me veo y soy un ahora desnudo, con colgajos, escupiendo polvo. Esto ¿no muestra la imposibilidad del vivir el ahora que el señor mayor ha convertido en mantra de su vida? Vivir el ahora ¿ es, por tanto, una de las raíces de la tontería de la época? Vivimos en el hace treinta o cuarenta años. Horror.
El mundo de hace cincuenta o sesenta años está ahí como un niño recién nacido. El hombre mayor ha visto esto y se acongoja. Si el hombre mayor es consciente y reflexivo, pensador de sí y del mundo, mira a su alrededor y trata de sentir la espesura de lo real forzando la máquina paradójica del recuerdo. El hombre mayor consciente hace registros, establece marcos temporales y clasifica. Clasificar nos salva: todo queda registrado en fichas, diarios, resúmenes anuales, bianuales, evaluaciones de la última década.... El hombre mayor que tiene la desgracia de no ser consciente ni reflexivo – la época nos niega en su ADN el derecho a sentirnos señores mayores y, por ello, no hay consciencia ni hostias - pasa la mirada por las cosas muy antiguas como si estuvieran recién estrenadas y olieran a celofán. Nota lo raro de la experiencia pero tampoco le desagrada que aquello sea nuevo. Al fin y al cabo, para un ser joven de corazón todo debe ser nuevo y, por ello, lo que sucedió hace treinta años es equidistante de lo que sucedió hace tres.El olor a nuevo es una experiencia muy importante en los niños de boom -consumer.
El señor mayor es un hijo del boom consumer y no es , por eso, tan mayor como la melancolía le ha hecho creer. El pasado huele a nuevo. Aún no es un preámbulo de su obituario. Todo ha sido una mala percepción. Se siente joven. El ejercicio, la dieta, el interés intelectual. El señor mayor ya tiene pensado hacer un curso de dibujo al carboncillo. El futuro se abre....
sábado, 3 de diciembre de 2016
SER VEHÍCULO Y VIAJE (Ejercicio de mindfulness dislocado)
Soy el vehículo de tu ascenso a los cielos. Transito y derivo de acá para allá. No fijo el itinerario; solo pongo el caucho de los neumáticos y el olor a gasolina. Lo que se quema. El cliente manda y suya es la razón.
Soy la limusina de un banda de genes egoístas apareada en un hotel Trump con la cultura dominante. Soy, a veces, el deportivo de la pareja del momento: el complejo de Edipo, delantero centro, y el amor puro, modelo de éxito de Victoria´s Secret. Por las tardes me convierto un rato en el 4 x 4 de la lucha de clases para asistir a un rastrillo solidario. Soy el despliegue del Espíritu o la expresión del genio patrio moviéndose por los tubos de carburación hacia el punto blanco del escape. Podría darte dos hostias sin odio. Me respaldaría la Historia.
Soy un taxi que espera pasajeros anónimos en el aeropuerto. Miro pero no logro reconocer al que llega. Sufro agnosia visual. Solo su voz de mando me resulta significante. Me rasco como los monos y arranco. Veo pasar a las chicas y silbo para dentro, vulgar, imitando un mal beso invertido para no ofender a la clientela.
Soy el carromato del que manda y la calabaza reconvertida de la Cenicienta (ella también criada).
******
Alguien habita en mi atención plena
y me coloca en el punto de salida como barcaza de lujo para sus invitados.
(los invitados son yoes pequeñitos que reman)
******
Me aburro.
Mucho.
En las paradas.
Sobre todo.
Las esperas.
Ya sabes.
Son largas.
Tan largas como una vida o los meses de invierno de una princesa exiliada.
Bostezo mientras reflejo el entrecejo en los restos....
En un momento, ¡zas!, la grasilla del tofu hará mancha en el pantalón, que allí habita.
Hay cosas que no sé hacer en el espejo retrovisor.
Atropello gatos, giro peligrosamente en las curvas y adelanto en los cambios de rasante. Actúo como en sueños.
No paro de interpretar mientras me aburro en la inactividad del chófer, sentado en el volante como una mosca, esperando la voz del pasajero, el que dice izquierda derecha todo recto.
El que no llega.
Nadie viene. Nadie manda.
******
Solo soy la frenada en el asfalto y la chapa siniestro total del atropello.
¿Soy responsable de mi tedio? Sea el tedio el que firme los papeles del seguro.
Quisiera matar al que me habita de una forma tan soez que algunos llaman solemne.
Matar el alma sin cotas zen. Decir, por ejemplo:
Si con furia me abrieras el cráneo brotarían tus sesos.
Si dos manos prestadas por el diablo consiguieran reventar mi pecho sin dañar órganos vitales, en mi latido al ralentí sonaría aquella canción con la que te enamoraste y que nadie más conoce.
Si tuvieras la curiosidad de medir mis intestinos cuantificarías la extensión de tu inocencia.
Solo soy el vehículo transmisor y el olor a caucho.
El resto, es tuyo. Tú pagas con tu alma este viaje.
sábado, 12 de noviembre de 2016
LUCIA BERLIN: MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA
“Exagero
mucho, y a menudo mezclo la realidad con la ficción, pero de hecho
nunca miento” (L.B.)
Nunca me ha gustado
mentir, Lucia.
Y para no seguir habitando en la mentira me arrojé al vacío de una noche sin Luna, como un borracho que no encuentra un trago en la casa y debe ir creando un camino de ficción para soñar hasta que llegue el amanecer y abran la licorería. Allí mismo las ficciones se pulverizan como vampiros de corta-pega. Al alba fusilan las ficciones los malos escritores. Y esa es muchas veces la única historia que contar se puede.
Pero ahora da igual el caso aunque lo hubo. Si es inviable narrar podemos intentar leer. Y por ese vicio de metadona te he encontrado en un estante. Leerte es mejor que escribir, Lucía. Me has enseñado un poco más a creer en los cuentos aunque no sean mis cuentos. Creer como otros creen en el zen, en Cristo o en un manual de autoayuda. Reafirmas mi fe siempre en el filo de la navaja....
Y para no seguir habitando en la mentira me arrojé al vacío de una noche sin Luna, como un borracho que no encuentra un trago en la casa y debe ir creando un camino de ficción para soñar hasta que llegue el amanecer y abran la licorería. Allí mismo las ficciones se pulverizan como vampiros de corta-pega. Al alba fusilan las ficciones los malos escritores. Y esa es muchas veces la única historia que contar se puede.
Pero ahora da igual el caso aunque lo hubo. Si es inviable narrar podemos intentar leer. Y por ese vicio de metadona te he encontrado en un estante. Leerte es mejor que escribir, Lucía. Me has enseñado un poco más a creer en los cuentos aunque no sean mis cuentos. Creer como otros creen en el zen, en Cristo o en un manual de autoayuda. Reafirmas mi fe siempre en el filo de la navaja....
“En la profunda noche oscura del alma las licorerías y los bares están cerrados” - dices y tiene su gracia la distancia mística (la mística no siempre es graciosa) con la que narras un dolor tan hondo, el horror del bar cerrado, del sentimiento al otro lado de la cama convertido en un túnel sin salida. La letra quebrada sobre la pantalla. Esas cosas tan comunes.
Eres una gran
contadora de historias Lucia. No bromeo aunque me mires con
indiferencia porque estás atenta a las bombonas de oxígeno que
mueves con tu carrito. Parece que te llama más la atención cómo
chirrían las ruedas que mis requiebros. Sí, yo también reconozco
en ese sonido un aleteo mecánico como de cigarra fronteriza.
Siento el EPOC y espalda quebrada. En el conjunto de tus narraciones siento en la espalda la ironía un poco triste del arnés ortopédico que
te ponían de adolescente. Y el temblor del alcohol en la noche
oscura de las separaciones. Lo percibo todo en el interior de la boca,
subiendo por la parte de atrás de mi cerebro aunque nada tenga que ver con mi vida real, ay Lucía, la real vida. Que tú me hermanes en esa experiencia, que la
conviertas en experiencia común de la humanidad, es algo que te hace
grande. Para ello, dices, exageras con verdad inmensa e
intraducible. Luego te ríes al oír la palabra auto-ficción y
con elegancia mejicana dejas que caiga el prefijo.
Vivimos en el
mundo y eso, a nadie, debe importar demasiado. Lo relevante ahora,
Lucia, es el paseo por esos lugares prosaicos y
sublimes que son tu escenario. El Paso, Albuquerque, Oakland, Ciudad de México, Chile.
Contigo de guía se me ha quedado la sed hospedada en la garganta. Es
la sed de la madrugada de aquel señor de las mil y una noche. La
sed que ahora sabe a fármaco, a distensión de morfina, a vino
dulce mezclado con jarabe, licor de sexo ausente y silencios.
Pero todo esto es
anécdota. Dan igual ahora las alegrías y tristezas. También es irrelevante el recorrido vital por relaciones familiares o sentimentales
desestructurantes y desestructuradas, parejas que nos enamoran,
matrimonios e hijos. Prima facie
de tu escritura me seduce el arte de esa escritura. La extraña tecnología.
El estilo. La artesanía de la contadora que me saca de mis casillas
podridas ¿No soy sensible al dolor de los personajes? El arte es el
modo que tengo de sentar a tus personajes a la mesa. Así los hago
reales siendo como son tan extraños a mi real vida. Empatizo con el dolor de los desgraciados en la madrugada a
través del estilo de esas frases tuyas que cortan el lugar común y
se desmontan a sí mismas con chispeantes cambios de registro,
comparaciones que hacen sonreír, ironía que invierte las lentes sin
cambiar de párrafo. Y siempre la inmensa ternura de las cosas, mi
diosa haciéndose presente. Ternura en lavanderías y en el polvo de
ciudades mineras, junto a la hermana enferma terminal, en el baile
pijo y haciendo el amor en el arrecife.
Tienes chispa
Lucia. Me haces gracia. Ya sabes que lo que un hombre quiere de una
mujer es que le haga reír. El amor gana al menos como esperanza de
volver a intentarlo. Otra copa, pues, y aunque yo también exagero
en estas letras - esas letras que nadie leerá Lucia - una cascada de lágrimas que no se dejan
poner nombre y se hace llamar, bromista, alegría, inunda
mi interior maloliente.
Gracias
Habla la señora Lucia Berlin:
“ Me encantan las casas, todas las cosas que me cuentan, así que esa es una razón de que no me importe trabajar como mujer de la limpieza. Se parece mucho a leer un libro"
“Las parejas mayores tomaban café y leían o hacían crucigramas. Sus conversaciones eran breves, monosilábicas. La gente bien avenida hablaba tan poco como la que destilaba rencor o aburrimiento; era el ritmo de sus palabras lo que cambiaba, como el vaivén perezoso de una pelota de tenis o los rápidos manotazos para espantar una mosca”
“(El abrigo) tenía un cuello de pieles. Ah, las pobres pieles apelmazadas, en otro tiempo plateadas, amarileaban ahora como las patas traseras meadas de le los osos polares en el zoo”
“Son preguntas inútiles. La única razón por la que he vivido tanto tiempo es porque fui soltando lastre del pasado. Cierro la puerta al pesar a la pena al arrepentimiento”
“El mundo sigue girando. Nada importa mucho, ¿no? Me refiero a importar de verdad. Sin embargo, a veces de pronto, durante apenas un segundo, se te concede la gracia de creer que sí, que importa muchísimo”
“ Una cosa sé de la muerte. Cuanto “mejor” es la persona, cuanto más cariñosa, feliz y comprensiva, menor es el vacío que deja su muerte”
“ Mamá, tú veías la fealdad y el mal en todas partes, en todo el mundo, en todos los lugares ¿Estabas loca o eras una visionaria? Qué más da: no soporto la idea de acabar como tú. Me da mucho miedo, estoy perdiendo el sentido de lo que es... precioso, verdadero”
LUCIA BERLIN: MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA
(selección de relatos de Lucia Berlin, 1936-2004). Alfaguara. 2016
viernes, 11 de noviembre de 2016
SEREMOS
11.11.2016
llueve
en la cava superior
y
la meninge se ahoga
en
un charco farmacológico
el
veintiséis de junio de dos mil cuarenta y seis
seremos
fantasmas despojados de dolor
y
a eso lo llamarán suerte
seremos
también carne vieja pegada a un hueso deformado por el tiempo
y
la genética
un
tiempo que no nos hará justicia
-
que el tiempo ciega pero no repone -
ni
edificará la leyenda de nuestra osadía
ni
llenará nuestros ojos de orgullo
seremos
el hueco de la última oración
la
que agradece la mesa vacía y el amor quebrado
la
oración del cegado por cataratas
demente
por cataratas
mojado
el pañal por cataratas
el
que llama madre al hijo
el
número seis o siete
el
que provoca risa
ignorante
porque
no hubo historia
y
el recuerdo es sueño de efecto secundario
seremos,
sí, las indistinguibles sombras
del
olvido
una
sombra cualquiera que renunció en nombre del cansancio
seremos
así allí quizás o con suerte
y
todo porque el presente se ha devorado a sí mismo delante de
nuestras narices
como
un niño suicida en el desierto
o
un ángel en su primera misión estúpida
deglutido
al modo insecto con babas impronunciables
por
desgana
por
esa falta de fuerzas
fuerza
es todo lo que no te puedo dar
seremos
en un lugar tan lejano como ese tiempo en el que los petirrojos
caídos gritan aleluya te necesito no te necesito porque caer solo ya
sé y todo sobra en esta habitación de hotel
seremos
sombra de fantasma
seremos
tan viejos que llamarnos ciegos será alago
y
ciegos
seremos
y seremos por la gracia de un fármaco de esos que te hacen perder el amor
qué
pena de presente
donde
el ángel en su primer misión arrancó el amor del árbol de una cama deshecha
qué
pena aquel veintiséis de junio de dos mil cuarenta y seis
salvado
por la amnesia
sin poema
sin odio ni pena ni nada
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MIEDO SIN ASCO
Salgo con cuidado de casa, no vaya a ser que el bichito me muerda las orejas o entre en la cueva de mis narizotas. Parece que llueve y...

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Salgo con cuidado de casa, no vaya a ser que el bichito me muerda las orejas o entre en la cueva de mis narizotas. Parece que llueve y...
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Diario (26.01.2014) Vasili Grigórievich Záitsev "Nievi " Viaje de invierno a una vieja canción cualquiera no ...
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No hay conversación en la película. No se rompen las fronteras de la enorme distancia que separa una puerta de su vecina. Un ladrillo ...