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sábado, 3 de agosto de 2013

«Show me, show me, show me how you do that trick"






And moving lips to breathe her name
I opened up my eyes
And found myself alone 
Alone
Alone above a raging sea
That stole the only girl I loved
And drowned her deep inside of me


 moviendo mis labios para respirar su nombre
Abrí mis ojos
Y me encontré solo
Solo
Solo sobre un mar de rabia
Que se robó a la única chica que amé
Y la ahogó en lo más profundo de mí



Creo recordar que uno de mis primeros poemas - ya ha prescrito el delito así que puedo confesarlo -  trataba de la misma secuencia que nos describe la canción de Robert Smith, tema que en esta ocasión interpreta más dulce Katie  Melua. Quizás me faltaba el inicio, ese brillante show me, show me how you do that trick, pero en todo lo demás era muy parecido. Mis versos narraban en un tono épico agónico el triste destino de una balsa espacial  que se dirigía hacia la nada y en la que la voz  iba rodeada de cadáveres.  La historia tenía que ver con un naufragio ontológico y acababa muy pronto porque el protagonista del relato estaba solo y vacío, así que su trayectoria era muy limitada. Pero yo insisto en que aquél poema estaba en una atmósfera muy cercana a la del Just like heaven. No tengo pruebas pero, supongo, todos ustedes confían en mí.

 Me gustaría volver a recuperar  los trucos del escritor adolescente que, embriagado, era Rimbaud mismo redivivo, a veces Morrison y en algún punto Robert Smith. Porque allí, en mi pequeño cuarto y enfrentado físicamente a una máquina de escribir que pesaba sus buenos quince kilos, negra, de teclas potentes, tan arcaicamente americana que parecía soviética, en ese punto axial de la historia de esta pobre carne mortal, en el allí que era un jetzt-zeit filtrado por el truco químico de las diversas visiones, allí era yo el rey del poema y de la enciclopedia. También un Voltaire cachondo con camisa maoísta.

 Y ahora, tantos años después, sigo rogándote que me enseñes el truco, que levantes las olas del mar para enmarcar tu espectáculo y que si desapareces, como inevitablemente sucede contigo, al menos me quede con la boca abierta porque has superado al gran  Harry Houdini. No estarás pero como todo ha sido un truco, algo que está entre la magia y el engaño,  aún se me permite tener la esperanza de volver a sentir tu mano navegando en los vientos.

Y tus manos en el viento ya sabes que me gustan.






domingo, 1 de julio de 2012

Fragmentos de la historia




que no veus l'estaca
on estem tots lligats?

Però, Siset, fa molt temps ja,

les mans se'm van escorxant,
i quan la força se me'n va
ella és més ampla i més gran.



Nunca me he sentido dentro de la Historia del mundo, en el trance del gran salto adelante. Sin embargo, como tantos otros, creo que he estado en algunos momentos de Gesto: una manifestación o concentración de repulsa,manos unidas en torno al grito que parece derrumbar el mundo, el despertar de las voces travestidas de trompetas de Jericó. Soy un hombre sin fe en la Historia y, en aquellos lugares del Gesto, incluso acampado sin defensas en la emoción que rozaba la lágrima, solo he logrado ver historias:la posibilidad de una amistad o un enamoramiento, esa conversación en un soportal con la que Lluis Llach iniciaba su canción:

L'avi Siset em parlava
de bon matí al portal
mentre el sol esperàvem
i els carros vèiem passa
r.

Y ahí me quedo.

Sí, veo la estaca que nos ata y empala, y percibo su putrefacción. Sin embargo, siento en el estómago y en el centro de mi cabeza que esa putrefacción es el signo de su vitalidad, pues entre gusanos y bacterias nace la realidad y follan los bichos y los hechos y las estructuras y la estaca consigo misma. No sirve de nada que sueñe con una estaca de cristal.


La putrefacción es el motor de la historia.


Por eso Maquiavelo decía que no se gobierna el principado con padrenuestros.



*****

(....) Casi siempre lo poco es nada. Hay ocasiones, sin embargo,en las que un gesto parece que dignificará las pequeñas cosas, convirtiéndolas en eso que Walter Benjamin llamó el jetztzeit, la explosión del tiempo en un ahora de plenitud y significado. Quienes habitan en esos momentos, públicos casi por definición, podemos decir que han vivido en un gesto del señor de los tiempos que anuncia el cambio.

El gesto carnavalesco de una docena de anarquistas en la Plaza de Toros no mereció ni anotación en la prensa. Incluso dejó un ligero mal sabor en la boca de los propios actores libertarios. Salvo en Jenny,claro. La broma - los doce provocadores se levantaron en medio del discurso del secretario general del partido y, con el brazo izquierdo levantado al modo fascista, interrumpieron al orador - tuvo como consecuencia la expulsión pacífica del recinto. Los anarquistas, al final, se quedaron solos por las calles, retornando al centro con entusiasmo decreciente, lejos de las diez mil personas que se arracimaban en torno a Carrillo y la bandera roja y el socialismo en libertad. Jenny y sus camaradas se quedaron en el margen de la Historia, como es vocación tradicional de muchos anarquistas, extáticos ellos, guerreros del escepticismo algunos, negadores de las mayúsculas. Por aclamación popular, SE creía que la Historia acampaba aquel día de mayo de 1977 en la Plaza de Toros de Burgos, en el mitin del PCE ante diez mil personas.Y podrían haber dicho los camaradas comunistas más leídos lo que el joven Hegel sentenció en Jena en 1806: "He visto al emperador(Napoleón) –este “alma-del-mundo”- recorriendo a caballo la ciudad para revisar sus tropas. Es una maravillosa experiencia contemplar a semejante individuo, a quien, concentrado aquí en un punto geográfico concreto, a lomos de su cabalgadura, extiende su brazo sobre el orbe y lo domina”. Jorge, mi marido,era hegeliano, como demostró de manera sobrada al entrar en razón pocos años después. En 1981 rompió con su lolita anarquista, Jenny. Pero aquel día estaba en el grupo de los expulsados. Él creía que la Historia estaba fuera del recinto, en el exilio del espacio de la bandera roja responsable.

En 1979 y en 1984, en el exterior de la plaza de toros de la Historia, se escribía un relato precario, la hoja amarilla que se encuentra en los libros, un homenaje beodo al eslabón oxidado, ese nexo que se perdió en el ruido y la furia de la violencia civil, la dictadura y la amnistía, en el olvido del sueño de la fuerza que puede tumbar al sistema carca. No habrá una nueva guerra civil, dijo Carrillo. Socialismo en libertad. Nunca logré convencer a Jenny de lo razonable de mis argumentos (...)

****



i quan la força se me'n va

NO FUTURE NO FUTURE
NO FUTURE FOR YOU
NO FUTURE NO FUTURE
NO FUTURE FOR YOU
NO FUTURE NO FUTURE FOR YOU


martes, 26 de junio de 2012

Jenny y el amor



Mujer,
con fuego y con valor,
ya estás aquí junto
al trabajador

Millones ya
imponen la verdad

¿Puede trabarse una historia de amor en el espacio abierto por los versos de esta canción, espacio seguramente menguado por la fe en las convicciones y esperanzas que expresa?

Hay quien cree que el amor florece en todas la tierras y hasta entre los sintierra.El amor es, para estos, utopía.

¿Cómo afecta a la amistad y al amor el contexto de la politización voluntaria y total de la vida, digamos entre los militantes de un partido o grupo clandestino?

Hay quien dice que el amor destruye los muros más altos por su sin-poder como de hormiga- atómica . El amor es capaz de crear un mundo en el detalle compartido más pequeño. Las cositas del amor. No precisa del poder, su opuesto sedicioso (¡Já!)

¿Qué queda del amor en la lucha y en la venganza de Jenny, la de los piratas?

Corrompe y pulveriza el juego del poder ese extraño sentimiento del amor y la amistad. Es el poder la mejor de las vacuna contra esos males.


¿Quién soy yo? No hay ninguno que lo sepa.
Hacia el alba me verán ir por la calle.Se dirá,¿quién es la que va ahí?
Y me preguntarán: ¿a quién cortamos la cabeza?(...)¿Quién debe morir?Y entonces se me oirá decir:¡todos!


sábado, 21 de mayo de 2011

Nunca hablo de mí ( sin motivos personales: para no verte tanto, para no verte siempre, en todos los segundos, en todas las visiones)

Alberto Giacometti, Tête qui regarde, 1928


Al 15-M 
 Siempre,  desde hace mucho tiempo - dice él, como si su existencia marcara finalmente la sucesión de las estaciones y las edades, su existencia, esa poco menos que caja  torpemente impulsada por  un parto, esculpida en fragmentos-grumos o en excrementos de gusanos, opaca en lo extremadamente liviano, condenada a la ininteligibilidad por mucho que uno se acerque a ella o, por contra, adquiera la correcta distancia , cajita de contingencia, de lo mismo da ésta o aquélla, por no levantar la voz - o los ojos - se mete en el espacio propio toda la barricada de trastos que el azar o la torrentera dejó como huella o ingenio),

....  siempre él ha pensado en la mirada, se ha imaginado voyeur o profeta en el desierto (según moda). Siempre ha luchado con la idea de que la mirada debe verse de algún modo, reflejo  en el agua cristalina de sus ojos o en la manera deforme del esperpento. Estar allí, como en una plaza tomada sin saber por qué (o sabiéndolo), habitar un segundo en aquello que el  ojo que todo lo ve quiere ver  y no se ve en la versión oficial (ni en la original con subtítulos). Vacante de sí  en   el ojo bizco que no juna  la umbría y se  retuerce para encontrarse  por sorpresa. Ver la mirada en la cabeza de Giacometti, en la sutileza de la oquedad, en el modo del tacto y la piel, después de quedarse en los huesos en la quiebra, apología póstuma del golpe del cincel en la piedra (sea eso la reflexión), caricia de la mano que pule una marca, la marca... mis marcas, huellas y formas trascendentales, lo mínimo y la ebriedad, la cara de Giacometti que ilumina la verticalidad con luz de horizonte, el gatito y la doncella, el juego y la muerte. La mirada: mirarte fue riesgo, oh esfinge.


....siempre igual, y siempre en la existencia, dando vueltas, desde hace algún tiempo, de un tiempo a esta parte tal vez, desde que desplegué la tara, no sé si anteayer o hace décadas, cuando se hundió la infancia o en el momento en el que un escalofrío me recorrió la espalda.  No hay puentes para cruzar al otro lado, allí donde la little people  mece o controla, al modo de las hadas, con una conciencia tan pequeña que sólo cabe un estado de ánimo. Siempre en la existencia añorando la existencia.

... siempre el tibio ojalá de la imposibilidad del olvido o el rencor como componente ya inseparable en la alquimia de la ternura y del amor





Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

miércoles, 20 de abril de 2011

Any kind of monkey


She said I can be a frog
I can be a bat
I can be a bear
Or I can be a cat

She said I can be a lion

I can be a guillemonster
I can be a warrior Indian
I can be a helicopter

She said I can be a wolf

I can be a finch
I can be a jaguar
Or a locust on the bridge

She said I can be a monkey

I can be a tiger
I can be a tornado
Knocking down your wires

Well, it seems like she can be anything

Any kind of creature she wants to be
Oh, it seems like she can be anything
Any kind of frog
Any kind of bear
Any kind of monkey
She wants to be

 (The Flaming Lips) 

BUENOS CONSEJOS (fábula). Este cerdito es ya carne y manteca

  Tiresias you teach us what it means to hold your own (Kate Tempest: Mantente firme ) Lejos del país del verano rumia el ce...