lunes, 22 de abril de 2013

Apagando el deseo de un nuevo imperio yoico



Peñalara- Al fondo, las Mamblas

 Ese soy yo. En el fondo, si miras la imagen, verás que  habitan cachondas las dos Mamblas, teta joven y teta madura de izquierda a derecha, homenaje espontáneo de los romanos bajo la forma de palabra a no sé que  divinidades halladas en las muy diversas carnes de todas las geografías. Lo erecto que ese yo mira es pieza de piedra que se nomina castillo, el Ur- castillo de todas las Castillas,  Lara y Fernán González mediante. Historia, por lo tanto, con sabor a empresa y pillaje, imperio y ataque preventivo de los emprendores. Es ironía que la altiva cuna de la Historia Patria se eleve pétrea frente a las dos mamas, joven y vieja, igual de apetecibles ambas para los dedos del legionario del Latium jodido de frío en el invierno bárbaro.

 Yo podría conquistar el mundo pero solo soy un poeta maldito aquejado de todos los males de la apostasía que no pronuncia su nombre. Uno de esos que lo vio venir - me refiero, claro, a la llegada de los soldados y a las muchas salidas de ellos - pero optó por  quedarse de esquinera mudita para abrirse de piernas a todos los amos. Yo redactaba cánticos versolibristas en la época de los romances. Y así durante milenios, si es cierto eso de que Castilla es milenaria o, por lo menos, eterna. Maldito yo en los pies de la peña, conservando vaga e ineficaz la memoria de los castros y los dólmenes, siglo a siglo, surco a surco, esquilando putas ovejas, portaaviones de millones de mosquitos y chinches del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

 El yo que mira todo se droga con ensoñaciones de sol y viento, hierbas espesas y dientes de león. Se deja poseer en activo por el vuelo de dos buitres que buscan las térmicas y se lanzan a la burla de Newton. Pero no puedo negar que ese yo que jamás renunciará a sus ojos - que no es místico, cojona, sino psiconauta - ni a su conciencia de los enlaces y engaños con los que deja gozar su alma a medio camino de las dos mamblas y la ruina cachonda de viejos conatus imperiales.

 El de la foto soy yo, no lo olvides L, y esa soberbia con la que miras es rescoldo de una muy vieja historia que inicio un legionario del Lazio.


7 comentarios:

  1. se respira recogimiento, cartografía relativa, cohesión de luz y duda. La lengua muerta en la lengua negra de la lagartija bajo el escombro y en la sombra, el pasto mamoso del soliloquio del aire. La pieza erecta, habla del tiempo, hace una herida en la carne sana, sin decirlo, circunferencia o prolongación sutil que comprende una vida por siempre sin vivir, todavía…
    y qué hermosa toda es(t)a pequeñez bajo ese límpido cielo, comprimiendo..

    abrazos Luis, qué grato verte al raso.

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    1. Ver-me al raso. Bonito. Tener poder frente a la Historia es gratificante aunque sea bajo forma imaginativa. Y qué decir del aire, el sol que me cicatriza, el vuelo del buitre y el deseo que uno tiene de ser un estrato térmico que el ave acaricia.

      Abrazos de la castilla a la galicia.

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  2. ¡Andá! ¡Menudo cambio! Cuánto color. Los ojos buscan acostumbrarse ahora a la alegría de los tonos naranja.

    Podrías conquistar el mundo, pero 'tan solo' eres un poeta maldito que conquista montañas, sol y viento. En ti nace el pueblo, desde y por los siglos de los siglos.

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    1. Ostras, gracias por lo que dices. Soy el Ganges del futuro y el Zaratustra de la promesa del retorno al polvo, a la mineralización de la conciencia y otras delicadezas de amor y muerte. Respecto al cambio en el interfaz, no hay caída en el pop sino asunción de que las tinieblas también conjugan colores.

      Si me permites, saludo con besos y abrazos.

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    2. Desde luego que queda permitido.

      Continuando con tu comentario en mi blog, ya que últimamente me ha dado por el silencio en los comentarios (práctica que aún me tengo que explicar a mí misma, pero eso son cosas de neuras y demás con las que no te voy a aburrir ahora), puedo aceptar, -podré- tal vez, algún día, ese amor maduro (que cuando se emplea ¿bien? la 'madurez' puede dejar de significar una simple palabra a la moda), pero... pero, no ahora. Una vez me dijeron que si las locuras no se cometían en la juventud, cuándo. Pues eso. Comprendo tu postura. Entiendo que el amor maduro sea preferible, llegado el tiempo, pero, ahora por ahora, esa madurez me suena a... aburrimiento, y lo que es peor, conformismo. Sé que el tiempo cambiará mi forma de pensar. O no. Te iré contando ;).

      Un placer, un beso y un gran abrazo.

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  3. Luis, increíble verte ahí arriba, filosofando entre el sarcasmo y la ternura, entre piedras milenarias, políglota y bicéfalo!

    tiene pinta de ser una buena excursión ésa!

    abrazo!

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  4. En efecto es un bonita excursión en el corazón de la castilla... Sin místicas del 98, claro. Me hace gracia e ilusiona el que sorprenda el que esté al raso (Danile dicit) o "ahí arriba" (Stalker). Sarcasmo y ternura van juntos.

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