domingo, 1 de julio de 2012

Fragmentos de la historia




que no veus l'estaca
on estem tots lligats?

Però, Siset, fa molt temps ja,

les mans se'm van escorxant,
i quan la força se me'n va
ella és més ampla i més gran.



Nunca me he sentido dentro de la Historia del mundo, en el trance del gran salto adelante. Sin embargo, como tantos otros, creo que he estado en algunos momentos de Gesto: una manifestación o concentración de repulsa,manos unidas en torno al grito que parece derrumbar el mundo, el despertar de las voces travestidas de trompetas de Jericó. Soy un hombre sin fe en la Historia y, en aquellos lugares del Gesto, incluso acampado sin defensas en la emoción que rozaba la lágrima, solo he logrado ver historias:la posibilidad de una amistad o un enamoramiento, esa conversación en un soportal con la que Lluis Llach iniciaba su canción:

L'avi Siset em parlava
de bon matí al portal
mentre el sol esperàvem
i els carros vèiem passa
r.

Y ahí me quedo.

Sí, veo la estaca que nos ata y empala, y percibo su putrefacción. Sin embargo, siento en el estómago y en el centro de mi cabeza que esa putrefacción es el signo de su vitalidad, pues entre gusanos y bacterias nace la realidad y follan los bichos y los hechos y las estructuras y la estaca consigo misma. No sirve de nada que sueñe con una estaca de cristal.


La putrefacción es el motor de la historia.


Por eso Maquiavelo decía que no se gobierna el principado con padrenuestros.



*****

(....) Casi siempre lo poco es nada. Hay ocasiones, sin embargo,en las que un gesto parece que dignificará las pequeñas cosas, convirtiéndolas en eso que Walter Benjamin llamó el jetztzeit, la explosión del tiempo en un ahora de plenitud y significado. Quienes habitan en esos momentos, públicos casi por definición, podemos decir que han vivido en un gesto del señor de los tiempos que anuncia el cambio.

El gesto carnavalesco de una docena de anarquistas en la Plaza de Toros no mereció ni anotación en la prensa. Incluso dejó un ligero mal sabor en la boca de los propios actores libertarios. Salvo en Jenny,claro. La broma - los doce provocadores se levantaron en medio del discurso del secretario general del partido y, con el brazo izquierdo levantado al modo fascista, interrumpieron al orador - tuvo como consecuencia la expulsión pacífica del recinto. Los anarquistas, al final, se quedaron solos por las calles, retornando al centro con entusiasmo decreciente, lejos de las diez mil personas que se arracimaban en torno a Carrillo y la bandera roja y el socialismo en libertad. Jenny y sus camaradas se quedaron en el margen de la Historia, como es vocación tradicional de muchos anarquistas, extáticos ellos, guerreros del escepticismo algunos, negadores de las mayúsculas. Por aclamación popular, SE creía que la Historia acampaba aquel día de mayo de 1977 en la Plaza de Toros de Burgos, en el mitin del PCE ante diez mil personas.Y podrían haber dicho los camaradas comunistas más leídos lo que el joven Hegel sentenció en Jena en 1806: "He visto al emperador(Napoleón) –este “alma-del-mundo”- recorriendo a caballo la ciudad para revisar sus tropas. Es una maravillosa experiencia contemplar a semejante individuo, a quien, concentrado aquí en un punto geográfico concreto, a lomos de su cabalgadura, extiende su brazo sobre el orbe y lo domina”. Jorge, mi marido,era hegeliano, como demostró de manera sobrada al entrar en razón pocos años después. En 1981 rompió con su lolita anarquista, Jenny. Pero aquel día estaba en el grupo de los expulsados. Él creía que la Historia estaba fuera del recinto, en el exilio del espacio de la bandera roja responsable.

En 1979 y en 1984, en el exterior de la plaza de toros de la Historia, se escribía un relato precario, la hoja amarilla que se encuentra en los libros, un homenaje beodo al eslabón oxidado, ese nexo que se perdió en el ruido y la furia de la violencia civil, la dictadura y la amnistía, en el olvido del sueño de la fuerza que puede tumbar al sistema carca. No habrá una nueva guerra civil, dijo Carrillo. Socialismo en libertad. Nunca logré convencer a Jenny de lo razonable de mis argumentos (...)

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i quan la força se me'n va

NO FUTURE NO FUTURE
NO FUTURE FOR YOU
NO FUTURE NO FUTURE
NO FUTURE FOR YOU
NO FUTURE NO FUTURE FOR YOU


1 comentario:

  1. Me ha gustado escuchar la canción de nuevo. Hacía tiempo... y los recuerdos regresan con ella. Como estos fragmentos de historia, estampas ya del pasado y, no obstante, ese sentimiento de sentirse atrapado, sujeto, impotente, ahí permanece, se recicla aunque uno se halle al margen. En el fondo, es lo de siempre: el poder que se impone, el poder del fuerte, la ira despiadada que nos manda a la puñeta.
    Abrazos, Luis.

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