sin
género narrativo ni viaje
la pena penita pena
el movimiento procaz del sarcasmo o la ironía
show me
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Extrañeza
(se)
desplaza en expectativas y narcóticos paseos,
encuentros
y conversaciones frustradas.
El
otro no aparece. Cambian las fases lunares y solo mi sombra me
sigue mudita. El otro tiene que estar en el otro lado,
a punto de tomar un vuelo transoceánico o de cruzar en piragua un río
tropical. Tiene en el ahora mismo una entrada en la mano. Nerviosa se
acerca a las salas que revelan el genio de Botticelli en Florencia.
Tocar
mi piel y la piel de mi piel me hace sentir el temblor del mundo
Nota:
¿debemos renunciar al gimoteo, a las pulsaciones del yo
y su caterva de emociones, naderías, semillas de rencor, ansias y
cristales de la decepción y la frustración? ¿O nos dejamos hundir
en ellos, como si fuese un mar interno, tan poco dado el océano
subjetivo a la mayúscula, ni con vocación de universo y concepto, solo
salvados por la voluntad de estilo en el contar, narratividad sin
horizonte?
La
bicéfala, 2011(8 de marzo)
Fluctuaciones, hermano, fluctuaciones, ira y venir a nuestros pensamientos indecisos...qué debemos, qué queremos, qué podemos...fluctuamos, no sumergimos cada día, emergemos al siguiente, creemos permanecer, y nuevamente repetimos...¿cómo es tu pedrusco? ¿te cansas más o menos al subir la ladera? ¿tienes un margen de visión y de respiro allá arriba, antes de dejar caer la roca?...a veces, cuando hemos podido tocar otra piel, hemos creído revivir...importa nuestra piel, pero importa sentir la otra, importa sentir que nos tocan la nuestra...la subida al monte que ni es más alto ni más bajo se nos hace más llevadero, al menos al principio, luego, luego...vete a saber
ResponderEliminar...quise decir ir y venir, pero la ira saltó en lugar del ir y se cargó el verbo...la IRA, esa otra presencia cotidiana que agita la bilis...el otro: dónde está el otro, pena penita pena sino en la sombra...dónde si no...
ResponderEliminarSubir, dices, y encontrar hueco para la mirada nublada por el ir y la ira. Subir, sí, entre sombras. Saludos
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