sábado, 24 de mayo de 2014

VIDAS PARALELAS (El inhumano ángel del cuidado)




Mark Rothko



Pour toi


si es indecisión como la pintan a la tal
si es condena la vida en paralelo
tu exigencia de recuerdo orbita 
en mi cadencia de olvidado
 tiempo en escala astromántica


un año luz es, en silencio amnésico, siempre


****


Pour le petit daniel, pour le petit nicolas
salut, parents


el paisaje del cuidado es asimétrico y desproporcionado


las famosas medallitas de la madre postulaban “dar mucho, pedir poco” como lema de la maternidad


sin embargo, al punto y seguido, la cosa mostraba una tentación de pacto y exigencia: el anuncio nos impelía a pagar a la madre por sus desvelos con la compra de la medalla


como temiendo el mercado del souvenir un ataque frontal a su esencia
como temiendo que en el dar para no pedir ni esperar habitaba un peligro inmenso:

 lo inconmensurable

un trasvase de fuerza que no recibe rédito alguno en idéntico lenguaje o con reciprocidad de acción-reacción newtoniana

 imagen especular que nos contesta o se declina en una gramática bien distinta

lo oscuro del ángel

el horizonte de metamorfosis para el cuidador

su conversión en custodio ( la enorme duda),
 quizás alguno de los actores se despertará convertido en un monstruoso insecto 


etcétera

cabe esperar (o temer) que en el devenir del proceso el cuidador se vacíe del todo de su humanidad para alcanzar la condición mineral, tornándose ángel de panteón marmóreo que acompañará al desvelado ( o al que siempre se extravía)  más allá de la medida humana, subordinación plena de toda inteligencia a  un sentimiento de protección arcangélica, heraldos de lo sobrenatural transmutados desde padre-madre-amado-amante, góticos angelotes de sepulcro para siempre, fluido impersonal nutriente superador de todo sexo y todo ego



En definitiva, el problema de la ética del cuidado se muestra en que  si radicalizamos su apuesta  desborda la humanidad misma, convirtiéndose en antihumana o sobrehumana. Curioso que lo que a veces consideramos como lo más noble del hombre (la entrega amorosa en el cuidado) sea la semilla de su negación. ¿Cabe convertir en norma la entrega tutelar incondicional? El descoyuntamiento  se ve si abordamos el cuidado en su radical irracionalidad de ángel de cuarzo, es decir, sin que quepa en él principio contractual alguno, ningún quid pro quo, que aligere las alas de la  asimetría angélica

la gratuidad y entrega del cuidador puede ubicarnos, finalmente, en un indeseable sublime inhumano

eso sí es riesgo,


Remember, 24 de mayo de 2007- 24 de mayo de 2014



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