viernes, 13 de septiembre de 2013

libertad y libertinajes. Nueva serie bicéfala

Romina Power


La  idea fue repetida mil veces para ver si se hacía verdad en algún mundo: no debemos confundir la libertad y el libertinaje.  Desde luego, no dice mucho de la especie inteligente que una idea, para hacerse con su momento de verdad, deba repetirse ad infinitum y como sancionarse en su propio eco. Salvo que tengamos alguna metodología compleja de la repetición - racionalización, casi seguro, de la estupidez de un animal que solo con repetir mil veces las cosas se las acaba creyendo-, salvo en este caso y con dudas, la perspectiva de tener que mirar en nuestra mollera, en nuestro carácter y conducta para descubrir verdades fundamentadas en la mera repetición, nos provoca una angustiosa versión del tedio.

... pero supongo que hay que hacerlo.Por vicio, seguro, o por funesta manía.

 Destella en mil y una ocasiones, en los pequeños actos del día a día,  la sentencia sobre la libertad confundida por el libertinaje. Debo reconocer que la enjundia de la frase hizo de las suyas y, en  verdad, yo, como tantos otros,  estoy convencido en la superioridad del orden y la ley,  sobre todo en el micromundo de lo familiar y sus aledaños. Ley y orden que son los testículos cubiertos por el escroto dorado de la libertad que va  por su sitio. La elección, me digo,  no puede ser de cualquier cosa sino siempre de lo correcto, sea esto la paz en el  mundo o evitar daños a terceras personas. Me parece tan razonable que, en mi imaginario, veo a la libertad como mujer y esposa, inteligente tecnócrata con cierto gusto por las bellas artes y miembro activo de varias organizaciones de ayuda al desarrollo y la cooperación. Por supuesto, habla inglés sin acento de Chamberí. Mientras tanto, en una esquina, el  libertinaje se me muestra como un viejo cargado de ropas un poco a lo siglo XVIII, quizás un Voltaire escuchimizado y vicioso, con su cosa fuera,  deseoso de entrar en contacto con todo lo que desenfrena nuestra plácida vida, princesa, sea esto el vino y el humo aromático, la carcajada loca y la sonrisa que coloca, el gusto lagarto por el sol, el tacto, la conversación sin objetivo y, en la base, el placer de violentar todos los sentidos comunes. Es mi imagen libertina un viejo crápula con ganas de desenfreno. Esta imagen de mi particular mitología plástica  me permite saber que la frase de marras - no confundas la libertad y el libertinaje - ha triunfado en mi alma y no sé si tendré cura. Porque, ¿a quién se le ocurre  imaginar al libertino como viejo encorvado, prostático, asmático y un poco sicótico?.

 Dice la RAE que el libertinaje es un "desenfreno de palabra y obra". Se entiende la mala hostia del diccionario y su santificación de la repesca de los esclavos liberados. Si los libertos, raíz del libertino, se desenfrenaban en su libertad recuperada (o instituida) no era extraño que el antiguo amo solicitase su " cura" en el hospital de la esclavitud retornada, alma mater de todas la ulteriores cartas de deberes. Pero dado que se habla de desenfreno, ¿no sería mejor colocar en el imaginario libertino a un joven cachas, con mirada picantona y dispuesto a hacer caer en la tentación a cualquier mujer felizmente casada, disponible solo por un fin de semana y sabiendo que nos llevará más lejos que las célebres  sombras de grey? ¿Un hombre de mundo al que le sientan de vicio los trajes y los ropajes más informales, la piel rasurada y la barba aventurera, capaz de permanecer callado y melancólico para rodearse rápido de mujeres prestas al abrazo o dominar el liderazgo tanto en el salón comedor como la hora de colocar el culo en pompa? Creo que un gran número de mis congéneres piensan en ese modelo cuando tienen meditaciones en las que aparece el libertino. Así que, amigos, princesa,  imaginen el alcance de mi dolencia: mi libertinaje es viejo y medio beodo, muy tierno, sí, pero  debería encontrar un ambiente perfecto para probar el sexo cono latex. De suyo no se ve en el papel del nuevo hombre de mundo... Es un libertino casto y tontorrón.

Nota: Imagino a la libertad mujer y al libertino hombre. Vale. Falo-logo-centrismo. Yo me acuso. Pero pueden probarse las esencias de lo aquí descrito para imaginar terapias para todos los sexos, géneros y orientaciones sociosexuales.

 Dispuesto a curarme en esta edad que ya comienza ser curiosa y tremenda, iniciaré una colección de meditaciones en las que recoja los muy diversos modos del libertinaje super-casto en el que me coloca el imaginario de mi viejo. La idea es superar el vicio de la libertad responsable, refrenada, adulta, superguay. Un poco de sal a la vida como dicen los amigos de la autoayuda.

Mero divertimento.

Like a fairy tale....

6 comentarios:

  1. La única libertad es la del amor libre, las demás libertades y libertinajes no son si no, castracciones de la verdadera libertad. Libertad y libertinajes de palabra y definición y que mantenemos por chascarillo y carajillo.

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    1. Salve, JMPA:

      meter el amor en el juego implica introducir una nueva variable aunque, bien mirado, quizás "libertad" y "amor" sean pareja de hecho en algún universo divergente.

      Buen inicio de año y que los espíritus te acompañen, además de las #bendicionesdeldiosLug que, sin duda, ya te alcanzan.

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  2. Estás sembrado, Luis, y yo disfruto tirándome por tus toboganes dialécticos. Te aseguro que es un placer absoluto, lleno de libertinaje exacerbado, mucho más heterodoxo que la impoluta y tiesa libertad. Será que también estoy en esa "edad que ya comienza ser curiosa y tremenda".
    ¡Bravo!
    Por si no he sido lo suficientemente expresiva, le comunico que cuenta con una "fan", así que sería bueno que lo reflejara en su curriculum.
    Un abrazo bien grandote.

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    1. Además de sonrojarme, amiga Isabel, me dejas en la duda de imaginarme "sembrado" de algún tipo de fruto de la huerta que aquí, en la estepa, desconocemos.

      que la heterodoxia te acompañe.




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  3. http://www.youtube.com/watch?v=4b4SLfE-wlQ

    Permitamos que otros se expliquen por mí. Por cierto, la solución al agujero del donuts...
    Lug muere en Carnota,ante el fuego que lo cercena aunque o lo vence.

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    1. Sea que Lug venza a Igni desbocado por, quizás, esa ausencia de amor que denuncia la joven locuela de tu vídeo.Los libertinos no creen, me imagino, en el "ejército popular" aunque se dejan ver en los patios revoltosos.

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