RAE(Diccionario):Grafo: Unidad abstracta
que comprende el conjunto de grafías de una letra.
Wikipedia:un grafo es un conjunto de objetos llamados vértices o nodos unidos por enlaces llamados aristas o arcos que permiten representar relaciones binarias entre elementos de un conjunto.Típicamente, un grafo se representa gráficamente como un conjunto de puntos (vértices o nodos) unidos por líneas (aristas).
uno encuentra tendencias dentro de sí
y por eso se siente airbus volando hacia el norte
uno se escribe con muchas grafías
y sólo en abstracto es todas ellas
(como si uno no pudiera abarcarse en la escritura
y se exigiera elegir un relato)
uno se sabe dos y otros tantos más
vértices y aristas en los que uno se corta
como los lienzos de Lucio Fontana
uno se escribe con muchas grafías
y sólo en abstracto es todas ellas
(como si uno no pudiera abarcarse en la escritura
y se exigiera elegir un relato)
uno se sabe dos y otros tantos más
vértices y aristas en los que uno se corta
como los lienzos de Lucio Fontana
uno, que fue joven, miró con otros ojos
uno nunca ha dejado de tener sus mismos ojos
a uno siempre le han perdido los mismos ojos
binarios
uno es l, es decir, L es uno. Engaña la grafía, lo sé, pero eso no importa porque uno es consciente de que la grafía siempre miente - como las películas pornográficas y la medicina en general (tan detalladas ellas y dadas a la tragicomedia). uno, L en la isla de L que es la isla de uno (cualquiera).
uno nunca se fía de la grafía y es amigo de los borrados. Borramos porque el grafo no recoge el espíritu de la letra aunque nos desvele otras posibilidades. Me desborda el borrado desde chiquito porque yo era de esos niños a los que se les salía la tinta del bolígrafo y la hoja quedaba manchada con nubes feas de tinta azul que me llovían en charcos en la boca y en las manos (y en la camisa para desgracia de mi madre). Cuando descubrí el azul Klein pensé que con otra infancia me hubiera salvado de ser uno (cualquiera).
Ni dios quiere ser uno.
A uno no le gusta la grafía salvo cuando la canta el viento en el páramo de las esperanzas y de la tierna estupidez humana, allá en la isla de L, sea, de uno( l ).
En el páramo uno abre los cuadernos y espera que la tinta se expanda por la cara y cubra los matorrales bajo la forma de voz de viento.
Para que la voz recorra el páramo como canción debe llegar la Araña del Antártico.
La Araña Antártica no es un ser que palpita. Es cúpula que llega del sur y cubre el paisaje con frío. Entre sus patas hicieron eco el otro día la historia navideña de Nadezhda y Frantiska K que escucharon mis oídos.
Otro día contaré mi aventura con la araña mientras buscaba el molino.
Hoy escribo para que nadie me entienda y pueda cruzar el umbral siendo un incomprendido. Escribo sobre la grafía y las manchas de tinta en mis cuadernos infantiles. Habito en la poética del sabor del azul en mi boca (beso espeso de un río estancado)
uno nunca ha dejado de tener sus mismos ojos
a uno siempre le han perdido los mismos ojos
binarios
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uno es l, es decir, L es uno. Engaña la grafía, lo sé, pero eso no importa porque uno es consciente de que la grafía siempre miente - como las películas pornográficas y la medicina en general (tan detalladas ellas y dadas a la tragicomedia). uno, L en la isla de L que es la isla de uno (cualquiera).
uno nunca se fía de la grafía y es amigo de los borrados. Borramos porque el grafo no recoge el espíritu de la letra aunque nos desvele otras posibilidades. Me desborda el borrado desde chiquito porque yo era de esos niños a los que se les salía la tinta del bolígrafo y la hoja quedaba manchada con nubes feas de tinta azul que me llovían en charcos en la boca y en las manos (y en la camisa para desgracia de mi madre). Cuando descubrí el azul Klein pensé que con otra infancia me hubiera salvado de ser uno (cualquiera).
Ni dios quiere ser uno.
A uno no le gusta la grafía salvo cuando la canta el viento en el páramo de las esperanzas y de la tierna estupidez humana, allá en la isla de L, sea, de uno( l ).
En el páramo uno abre los cuadernos y espera que la tinta se expanda por la cara y cubra los matorrales bajo la forma de voz de viento.
Para que la voz recorra el páramo como canción debe llegar la Araña del Antártico.
La Araña Antártica no es un ser que palpita. Es cúpula que llega del sur y cubre el paisaje con frío. Entre sus patas hicieron eco el otro día la historia navideña de Nadezhda y Frantiska K que escucharon mis oídos.
Otro día contaré mi aventura con la araña mientras buscaba el molino.
Hoy escribo para que nadie me entienda y pueda cruzar el umbral siendo un incomprendido. Escribo sobre la grafía y las manchas de tinta en mis cuadernos infantiles. Habito en la poética del sabor del azul en mi boca (beso espeso de un río estancado)
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Rosa León: El brujito gurugu/ Cuenta cuentos, TVE
uno vio en TVE estas imágenes, grafías catódicas en las que me enamoré fatalmente de jóvenes progres y gente loca. La gente de los cuentos y canciones infantiles son marionetas enajenadas y monigotes crueles.
( Es posible que los niños tengan una experiencia bien diversa de la locura y la crueldad. Vaya, no sólo es posible sino que debe ser necesario que tal cosa ocurra. Así mantendremos un año más nuestra fe en la santa infancia).
uno, L, señor L y señor de la isla de Bamberg, anacoreta de los seres que palpitan, cegado al vegetal y al bruto, sólo rasgado por el mineral, su arista de grafo geológico, escrito del azar de la tectónica, L, uno (el cualquiera), yo y no yo (porque la grafía me dice de mil formas), uno y no uno porque uno encuentra tendencias dentro de sí y por eso se siente airbus, ese, esa cosa, algo, en fín, el Sujeto por excelencia, uno tuvo su infancia manchada de tinta azul y bellas imágenes grises.
uno vio esas imágenes (años 70) y sentía afinidad con los personajillos del cuento. La araña catódica leía mis cuadernos mentales y los proyectaba en el blanco y negro que delimitaba los puntos de la pantalla con grafía de personas con ojos y bocas. Me casé niño con Rosa León con el solo fin de meterme con ella en la cama por las mañanas, despertarla con mis exigencias de sonidos y narraciones. Todo ojos en sus ojos de vidrio.
El brujo de de gurugu habita en la isla de L como exiliado y pintura en el techo de una pequeña caverna. Lo sé como sé que entra por el sur la Araña Antártica y que en un punto del interior encontramos, cerca del páramo, un pináculo calizo sobre el que se alza un molino de viento abandonado (políticamente abandonado). Lo sé por visión y deberé ir contándolo poco a poco por respeto a mis lectores.
Pero hoy sólo quería decir que a uno la canción del brujito le gustaba aunque sabe que no es la más bella de las canciones. Y es cruel sonada. uno apoyaba al doctor que llega con su cuatrimotor y apostaba por la vacuna lunalunalu sabiendo que era un acto cobarde (como apoyar al séptimo de caballería), que el buen doctor era el enemigo de la mágica aventura, el punto final de la grafía caótica de la infancia, el maestro que normalizaba nuestra letra y castigaba nuestros borrones. El doctor del cuatrimotor normalizó nuestra letra para hacerla inteligible, para que uno no apareciera en las mañanas en el cuarto de Rosa León como un cualquiera y pasara a ser L-u-i-s G-o-n-z-a-l-e-z (y fuera castigado por olvidar la tilde. Deleite masoquista de la buena letra saliendo de la infancia).
El doctor del cuatrimotor es la barcaza que penetró por los ríos en el continente negro, la quinina del explorador, el telégrafo y el ferrocarril todo junto. El doctor es el amo del molino que, como veremos, fue(políticamente) abandonado.
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