martes, 22 de enero de 2013

Jornada de nieves y violencia


mover el esqueleto
como diciendo bailar
vivir
disfrutar

el lenguaje está lleno de idioteces semejantes

mover el esqueleto
simulando triunfo en la  batalla
mutación dramatúrgica de muerte
teatro de títeres y seres hilados

la vieja calavera
ni ríe
ni baila

inmóvil el esqueleto
ni folla
ni muere

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Proyectando mi propia bilis en las calles que recorro, ya ni perdono a la jóvenes hermosas y, en el trasiego, supongo que el mismo desprecio y como deseo de cataclismo que redactan mis pasos en la nieve, es común a todos y todas y no cuela ya el rostro bello ni el culito en pompa como abstención de  la mala hostia que te dedico

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Ahora que sé  imposible aquel entusiasmo, lo apuesto y digno sería el silencio, no volver a dirigirte la palabra, vengar en ti la distopía del a mi plin, el amor que se rompió en los acantilados de piel y escritura. Sin embargo, volveré a hablarte con reserva y un  poco de asco, convertida mi sonrisa en esas bolas de blanca saliva afeminada que florecenen la comisura de los labios

 Mi homenaje a tu maldad

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La Bicéfala no odia. Describe.

miércoles, 16 de enero de 2013

Fetiche de mujer pensante (III)



 Qajar(1998) por Shadi Ghadirian

 La mujer de la imagen piensa a través del posado y apoya su presencia en el gesto leve, aparentemente casual, de colocarse la gafas. Ordenado el abigarrado entramado de telas, establecida la línea de los labios  como boquita de pitiminí, el último movimiento de la mano hacia las gafas rompe el estatismo del retrato que se anuncia -joven con vestimenta tradicional - y desvela la suavidad de un caricia erótica, el calor de la mano izquierda sobre el muslo.En ese instante ella medita satisfecha sobre el millar de detalles que ha conseguido organizar,  sabiendo que aún falta el toque final, el gesto que ya tiene decidido o, mejor, está a punto de dibujar. Y solo en ese ahora es ella mi fetiche de mujer que piensa.

Es la belleza leve e inútil, hermana.

Un poco más tarde, con las gafas colocadas y todo en su sitio, la mano diestra se colocaría en su lugar natural. Mi amiga dejará de pensar para que ningún movimiento enturbie el posado y en su hieratismo me demostrará de nuevo, como si necesitara yo más pruebas, que el mundo es sitio amenazado por la tristeza. Será ella  muestra de folclore, jotera de oriente, náusea en el fondo de mi estómago. Y, si me apuran, sospechará el que mira que las gafas ocultan bizqueo,ojos estrábicos de una idiota cualquiera.

lunes, 7 de enero de 2013

Fetiche de mujer pensante (II). Mujer penitente o el sueño de un pensar táctil



Eva Herzigova por Jean-Baptiste Mondino (Fall 2002)                                 Qajar(1998) por Shadi Ghadirian:


Caen las dos imágenes a la mirada, contrapuestas de nuevo por la simplicidad caprichosa del espacio, incapaz él de ser solo arriba o solo abajo o nada más que derecha o únicamente izquierda, imposible mantener una neutralidad de vacío, el paraíso precedente a la diferenciación cardinal. Impelido por  la exigencia de colocar a la dos mujeres sobre el espacio, una va a la derecha y otra a la izquierda, sin que pretenda yo añadir  significado alguno a esta su ubicación y aunque sepa que necesariamente sucederá ese añadido y seré malinterpretado por mi flacidez inicial, por dejar hacer al capricho y no fijarme en lo que  cabe esperar que signifique (para la tribu) el que coloquemos algo a la derecha o a la izquierda. Esa desidia en mi primer movimiento, todo un síntoma,  no sé si se justifica en mi modo amateur del pensar o en la fantasía del jugar con fuego y dejar que el azar vaya mostrando sus cartas para que, al final, nos haga el trabajo de encontrar la escritura.

Dos imágenes y dos mujeres que piensan y que son signos de oriente y de occidente, de carnaval y cuaresma, de drama y comedia,  de la risa y el espanto, de la asepsia y de la orgía de los microorganismos. Las dos imágenes aparecen ya envegadas por determinaciones, significados o aires de familia, que preceden a mi intención y van contra ella,  supurando ya simbologías en mi mirada, como si yo tocara las famosas tierras vírgenes y las viera  casadas y amarradas antes de que yo me centre en el detalle y las nombre.... ¡Ay la maldita  ilusión de ser primero y comunicar el descubrimiento a  nuestros camaradas!



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De izquierda a derecha y de arriba a abajo. La significación de mi imagen  se ve golpeada por la visión de la serie de cuatro. Hay tres imágenes que preceden a la fotografía  en la que yo acampo y, por ellas, y aunque no quiera, contemplo el rostro de Eva, sus ojos cerrados y las manos atadas, determinaciones que antes se me escapaban. En el juego del fetiche de la mujer que piensa, me impongo el deber de ignorar las tres imágenes previas y la familiaridad que las unía. Rompo y convierto mi imagen en  fragmento huérfano, amnésico como la materia y tan receptivo como ella a las formas . Se llame Eva o Juana, está sola, desplazada al escenario de mi mirada, dispuesta a cargarse de significados .... a pesar de ella, a pesar de mi.


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Ahora ella, doblada en cuerpo y alma, subordinándose a la cuerda que la parte e inmoviliza,  me resulta familiar en su historia. Es Eva penitente cristiana, guerrera que abandonó la Cruzada rendida voluntariamente y después del triunfo al cautiverio, sumergidos con ella  en el no querer pensar ya de aquél modo que nos trajo hasta estas posiciones, a la victoria sobre los infieles o la toma descarada de nuestro deseo para mayor gloria del erotismo.  Ahora y aquí, traspasado ya el desierto de la desesperación, sosegada por la aceptación de las ataduras que la niegan en su condición de guerrera o belleza.  Ahora intenso y circunscrito casi ritualmente en el que se apodera de ella un soplo como de sueño y concentración en el que las imágenes y las ideas - las ideas nuevas que se necesitan para salir del atolladero - se van fraguando.

 Ella, Eva,  se sumerge en la supresión ansiolítica de las grandes decepciones. Nada mira ni oye y, por eso, la imagen de Eva estimula nuestro tacto y a él se dirige.  Ella percibe a través de la piel como solo saben hacerlo los depresivos que abandonan la depresión o encuentran un fuego de hogar entre sus fronteras. Solo por el tacto Eva piensa, es decir, medita  atmosféricamente,  sumergida en la estela del sueño que rompe lo que había sido su vida de conquista y guerra, dejando que el viento de la dejadez depresiva haga jirones sus banderas. 

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 Miro y pregunto, Eva, si en tu cuerpo hay respuesta a mis dudas, al fin y a la postre cómo salir de la crisis  que nos embarga, y te veo al punto como personaje de Gustav Klimt, sumida en una agonía tranquila de postres, en el inicio de nada, adoptando la pose de la penitente cuando ya pasó el tiempo de las curaciones. La decepción, después de la intromisión sifilítica de Klimt, es inevitable y, por eso, solo nos cabe, si acaso, regodearnos en el detalle morboso de la cuerda marcándote la piel, dejándote abandonada al deseo grasiento de una viejo carcelero...

¡¡No!!

¡Niego ese viaje!.

 Insistamos, apretemos el vestido, la cuerda y el cierre de los ojos. Hundida, Eva, eres mi fetiche de la mujer que piensa en el pozo del sueño gris, la depresión salvífica en la que se redefinimos al tacto por encima de la vista, convertido el amor en caricia que se extiende como efecto secundario de las pastillas o de la concentración. Dejémonos llevar, Eva, por el dolor de la tela y el placer del cáñamo enredado sobre la piel, y  aunque Klimt nos diga que no hay sino un preservar en el sueño, supongamos con los ojos cerrados que estamos el inicio de algo y que esa caricias que nunca nos ofreceremos, tu rostro cerrado sobre sí y libre de sonrisa, son el nuevo mundo.

Seguirá

sábado, 5 de enero de 2013

El fetiche de mujer pensante (I. Prolegómenos)



Variaciones del orden de la chiroptera en el infrarrojo 

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 Sea que todo pensar se construya en imágenes, analogías o aires de familia que se encadenan con los lazos del amor bizarro de un sábado a la noche o de un romance de estío.

 este postulado  fragua espasmódicas 
imágenes  en el pliegue 
del infrarrojo

 la nocturnidad  del mamífero alado  gana su acceso a la existencia en 
la belleza de la caverna superpoblada

las potencialidades - con o sin teleología -   de lo que sucede  llena el mundo de una bendita indeterminación y morbosa posibilidad de error e idiotismo

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RECETARIO

 El fetichismo sobresignifica  imágenes en un bonito proceso

       Sea primero desmontar, al modo profesional o amateur, las piezas componentes del artefacto-madre, esa casa originaria en la que habitaba el fetiche en estado de potencia  o pulsión. En este proceso de caída de los significados, debe quedar preservada la atmósfera de esa madre como  memoria o criptograma que añade el aire excitante al fetiche.
Así, en ejemplo, amputada la mano y los otros miembros del cuerpo de King Kong, se mantiene fantasmal y presente la huella de lo que fue el cuerpo todo del gran simio, ese cuerpo en el cual la mano era mano y  terrible. La mano amputada ya no es mano  y, convertida en fetiche, se muestra como pieza del Kong Museum . La excitación del objeto que atrae cada año a miles de visitantes, nace de la atmósfera preservada,  la comprensión (morbosa) de que esa mano que hoy es un objeto de museo  fue en su día la mano de un cuerpo, el cuerpo del Gran Kong.

      Sea segundo movimiento envolver la  pieza desgajada con  telas orientales y casi trasparentes, pergaminos, óleos santos , fieltros untados en grasa como los de Joseph Beuys .... todo el catálogo Ikea de las abstracciones. La sobresignificación creadora del fetichismo exige el secuestro de un miembro honesto de una familia (v.g. el cuerpo de Kong en el ejemplo) para reubicarlo artificiosamente en otra familia (v.g. el museo Kong).

Ahora bien: artificio es término confuso pues, por un lado,  el fetichismo precisa de esa oposición de lo natural, lo previo y original,  y lo artificioso, creado y tan hermosamente contingente. Esa es la banalidad y ligereza de todo fetichismo. Sin embargo, el fetiche nos lleva a cuestionar que habite en algún punto  "lo natural" o primigenio. No se trata de que desde la negación de una familia originaria o biológica  impongamos la nueva familia política (como las damas anglosajonas que adquieren el apellido del esposo). No hay familia biológica, nos asegura el fetichismo. Toda reinterpretación es solo otra interpretación.


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Eva Herzigova por Jean-Baptiste Mondino (Fall 2002)                                 Qajar(1998) por Shadi Ghadirian:



 Miro las dos imágenes y me dejo arrebatar sin demasiado esfuerzo por la morbosa tinta del fetichismo. Me pregunto si la atracción se cumple porque yo veo en ambas imágenes la actitud de la mujer que piensa y mientras piensa.  

   Ahora bien: ¿realmente son signos de reflexión los que habitan y me atraen en la curvatura del cuerpo y las cuerdas que atan a la mujer de la izquierda o en ese gesto de colocarse las gafas, última tela en la sucesiva superposición de ropajes,  de la joven de la derecha? ¿En qué piensan y por qué su pensar  me resulta atrayente? ¿ Cuál es el aire de familia reservado, ese hogar que precedió al fetiche? ¿Qué eran estas dos mujeres y todos los atrezzos antes de convertirse en objetos de contemplación fetichista?

Seguirá.....

miércoles, 2 de enero de 2013

Burgos: capital internacional de la Bicéfala

 Cambia el tonto que esto escribe, otro nombre no merece, la cabecera del blog y, con el gesto, ubica a la tortuga en un espacio bien reconocible como joya o patrimonio de la humanidad.  Sin embargo hay confusión en la performance, habida cuenta de que la Catedral es, en la imagen, espacio demasiado gris incluso para lo que hoy son días de lluvia en esta ciudad célebre por sus frescuras. Ese gris de la imagen no es actual ni conforma una ontología de  presente. Viene con matasellos del pasado y, para qué negar, de ese ayer que conforma parte de nuestra  experiencia al modo machadiano (aunque los días azules y el sol de infancia sea, en el caso, casi chiste). Es la imagen postal del entorno de 1959, en una ciudad en la que aún no hemos nacido pero que ya intuye la presencia de LGS, la mirada con la que recorrerá sus calles. La ciudad le espera así pasen unos cuantos años. ¿Nos debe llenar de orgullo saber que ella nos esperaba abrigada en los muros de su propia arquitectura?.  Lo relevante es que ni ella ni nosotros, hoy, anhelamos amores constituyentes y, al modo kantiano, trascendentales.

La Bicéfala mira, ahora, más arriba del edificio pero no vea nadie soberbia en el acto sino mero  deseo de mejorar la perspectiva. Sin embargo, ese movimiento arriesgado y tan como de futuro de la tortuga,  se ve contrarrestado por el color - si es tal el nombre -  que nos ubica en aquellos años en los que la ciudad era toda atmósfera de grisalla. Que el que escribe ama esas tonalidades, sobra decirlo.Y que con ellas la Bicéfala seguirá intentando encontrar las sendas que nos unen con las cosas invisibles, es también superflua aclaración.Pero, como decía Ortega, solo lo superfluo es necesario... incluso en esta sobria ciudad de la meseta.

 La zorra perderá el rabo pero no las costumbres. Esta vieja ciudad y, a su vera, el que escribe, siendo yo  el otro que nunca vivió en París, en el inicio del año de gracia y desgracia de 2013.

Pace


sábado, 29 de diciembre de 2012

La filosofía y yo. Vindicación de la historia de la filosofía


Imagen del blog "antes de las cenizas"

 " La historia es un relato moral"

 " (Los historiadores) son filósofos que enseñan mediante ejemplos"
 
Comentarios sobre Pensar el siglo XX de Tony Judt( Babelia)

   Retardado y, no obstante, sujeto como los cometas a su órbita. Habitando en el vago horizonte de una indignación cansada  y en la más tibia (en el mejor sentido de la palabra) invitación de Serenus-Wandeland25 para que acometa la escritura de vindicación de la historia de la filosofía como asignatura del bachillerato. Apostando por ella ahora, en la actualidad candente que en  virtud de la ley Wert  siente la  amenaza de convertirla  en escalón cojo del currículo. Sintiendo una agresión en la que el interés privadísimo por mantener unas condiciones intelectuales dignas en mi trabajo no puede impedir la elevación de la mirada hacia el interés más general, todo lo común que se pueda. En esta plataforma que tan largamente dilato, escribo sobre la historia de la filosofía como horma de educación básica.

 La historia, dicen las citas que encabezan esto,  es un relato de formación moral a través del ejemplo. Quizás por eso me gusta la historia en general y, en extensión, la ficción toda que toca lo concreto del caso, el caminar de un cualquiera - sea Stalin o su porquero - que ilumina nuestro hacer. Sin embargo, hay en la historia de la filosofía algo como de rareza o, si apuramos, contradicción. Pues la historia de la filosofía pudiera ser entendida como una negación de los casos en el magma de los conceptos y sus organización. El estudio de los sistemas filosóficos - así se construye hoy la asignatura en el bachillerato - tapona  la historia a mayor gloria de la estructura conceptual y los sistemas de los maestros del canon. De hecho, la enseñanza de una historia general de las ideas queda marginada por ese afán de llenar el currículo de nombres propios. Si toda idea, por contextualizada que sea su presentación e inmersa en personajes sustentadores, muestra una abstracción que parece negar el carácter ejemplar de la historia, ¿no deberíamos considerar que la historia de la filosofía no es ese relato moral mediante ejemplos que define a la historia según Judt (y los clásicos)?.

 Pudiera ser y cabe la objeción. Sin embargo, esta historia de los sistemas filosóficos sí es ejemplar y concreta en otro sentido. La secuencia conceptual de ideas de un filósofo cualquiera - pues, finalmente, todo filósofo es un cualquiera al pretender elevar la mirada por encima de su ombligo,convirtiéndose en un alma que reflexiona con los otros; esa secuencia de ideas, el sistema, es ejemplo de un vocabulario puesto al servicio de la coherencia y, si me apuran, de la honestidad. Pues uno supone - y benditas sean la excepciones si las hubiere - que en los maestros que enseñamos en  las aulas - de Platón a Russell, pasando por Cartesio o Aquino - hay una honestidad básica que legitima su entrada en la conversación y una voluntad de coherencia en sus discursos, esas palabras que zigzaguean  los humanos problemas.Y la mostración de esta honestidad presente y viviente en los que parecen tan diversos es ejemplar en si misma

 Y quizás fuera eso lo que me llevó en mi adolescencia a seguir los estudios de filosofía y también lo que lleva a muchos brillantes alumnos que estudiarán "carreras con salidas profesionales" a considerar que la filosofía es buena opción para los ocios o, como se dice, la segunda carrera.  El juego de las palabras en los sistemas filosóficos convierten las palabras comunes en personajes de una tapiz moralizante que recorre la vida, fortaleciendo la existencia que se interroga por el propio conocer y la realidad, el sentido de nuestros deberes y la hermosa cuestión del qué me cabe esperar kantiano.

 La honestidad y la coherencia de los maestros tratamos de mostrarla de forma caricaturesca  a nuestros alumnos - es la escuela toda caricaturización necesaria para desvelar en el futuro el "verdadero rostro" -  y, con suerte, dejaremos un eco más allá de las simplificaciones, la voz del no es así, no es así que mantiene el fuego conversacional. Y si esto no es relevante,  pudiera suceder que en un reino junto al mar alguien no ha entendido casi nada y necesita escuchar las largas sombras de las historias ejemplares(o no tanto) de nuestros conceptos filosóficos en su historia.

¡¡ Fuerza y honor!!

 ¡¡Salud y librepensamiento para el 2013!!

sábado, 22 de diciembre de 2012

La filosofía y yo. Repetición




porque en las cosas que no se pueden hacer sino después de haberlas aprendido, no las aprendemos sino practicándolas; y así uno se hace arquitecto, construyendo; se hace músico, componiendo música (Aristóteles)


   Interpreta Pierre Hadot las meditaciones de Marco Aurelio como práctica de repetición, modos de ser una y otra vez dramatizados en la escritura que evitan el alejamiento de la apuesta por la arquitectura estoica.Sea la consiga no perderse, no diseminarse en el afuera y sus novedades. Volver a las mismas perlas y sus reflejos. O mirar la imagen en su artículo determinado y solo en él. Como caído del cielo.

 Salmodia, monotonía, pérdida consciente de la expresividad, gozoso tiemblo del tedio.

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 Sapere aude! La aventura de los otros caminos y las optatividades identitarias. La modernidad me dice que puedo ser otro y aún otros diez mil. Yes, we can  mutate, mudar de cuerpo y alma, ser la otra con grandes tetas y un pasado de pendoneo en la mochila, Mutar  y desligarme resistente de las identidades que se me han ido imprimiendo. Nada está perdido (ni ganado) porque la oferta es mucha, los diez mil son diez mil estantes con diez mil marcas y otras diez mil variedades: bajo en sodio o 0% en materia grasa, edulcorado o enriquecido, en tamaño familiar o para almas solitarias, con fibra amiga o colorantes de exóticas frutas de colores... ¡¡ Oh, hermosa foresta de las ideas y sus prácticas convergentes!!.

Sin embargo, en si misma, esa pluralidad del pensar y del ser (un cualquiera) que recorre los diez mil caminos pronto desvela su tontuna y la filosofía misma nos incita al frenado, la quietud del reiterar que "una rosa es una rosa es una rosa es una rosa". Pensar en lo mismo como el búho que  anima al estatismo. El cambio en mi identidad y la destrucción revolucionaria del estado (quedémonos, de momento, en el "estado de ánimo") exige la imposta reiterativa, el ser hábito antes que monje, la cabezonería más antifilosófica que ha parido madre, el ciego encuentro con aquel salvajismo del Credo quia absurdum, la insistencia en decir, como Marco Aurelio, que soy la hostia de  estoico y  por eso repetiré hasta el agotamiento los dichos y sentencias, modulando el salmo con mucho cuidado, evitando la heterodoxia de la originalidad, sabiendo que mencionarme como autor es paso atrás, debilidad de la carne. 

                                                              Y así uno se hace arquitecto, construyendo

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 El hábito nace de la repetición de actos. En las sendas del pensar, en ese paseo por claros del bosque y por los valles y cimas de hermosa variedad, finalmente acabamos por reconocer que debemos repetir el paso, entrenar horas y horas como bailarines para hacer lo previsto, el giro en el aire sin herrumbres, lo danzado por los diez mil danzarines. 

   Vale, quizás algunos consigan matizar el paso y reformar lo digno de ser repetido. Pero, como decía Abraracúrcoix, que se caiga el cielo es algo que no va a pasar mañana.

domingo, 16 de diciembre de 2012

La filosofía y yo. Reflujo de identidad y vida (I)



 

 Remolones y Lido Pimienta. Atrás. 

(Cumbia sobre la re-asignación de roles)   


"ahora tú eres mi perra, ahora soy tu perro y yo me pongo atrás… me vas a respetar… te voy a acribillar… yo te lo meto atrás” (Atrás, tras)


¿Qué motivos podía tener el Quemado para ocultarme su verdadera nacionalidad? No me sentí estafado. Me sentí observado. No por el Quemado, en realidad por nadie en particular: observado por un hueco, por una carencia.(Roberto Bolaño: El Tercer Reich)

" Solo tu nombre es mi enemigo" (Romeo, Montesco finalmente) 

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  Esto donde vivimos debe de ser el sistema.  El sistema es la vida nominada por algo grande, el falogocentrismo o algo así. Quizás el público de un programa de TV de otra galaxia. La cuestión de si hay algún tipo de espacio anterior a los nombres y las descripciones - la vida, la voluntad, lo en sí, el Mí Mismo... -  se tira al río como el pañuelo de la canción:


Tire tu pañuelo al río para mirarlo como se hundía era el ultimo recuerdo de tu cariño que yo tenía se fue yendo despacito como tu amor pero el río olvida. 


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La resistencia frente a los nombres, las identidades, las descripciones de nuestras sendas vitales, lo que hay en su extrema precariedad, es destino de la época.  La filosofía en acción - Foucault, Butler, Rorty - nos dice  que podemos proponer redescripciones novedosas de nuestra identidad. Dar un giro en la vida, en esta mi vida, para ir a otro lado, como en una novela. La reasignación  de nombres y de identidades pretende aprovecharse de los resquicios de indeterminación que dejan "vacantes" los mecanismos troqueladores - ya nunca jamás omnipotentes sistemas -  de eso que somos ahora. Así las cosas, podría ser el caso de que yo fuera otro dentro de un tiempo. Eso es liberación.

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 No sé si esa libertad en la escritura de sí es ganancia. Es lo que hay. Y en la nostalgia de las identidades  me digo que no fue tan chollo eso de aupar a la libertad y a su sombra, la contingencia, a los rincones de excelencia de nuestros altares. Como que echo en falta la seguridad de ser el mismo sin escape para ningún otro. Esto último es casi bicéfala broma, pero aquí me veo, con esta alma proteica que lleva cincuenta años buscando su rayo de identidad e in-spiración y, mientras tanto, asume lo que hay y toca según dictan las costumbres, costumbres que mientras se viven parecen condiciones trascendentales y, poco más tarde, se re-descubren modas. Aquí me veo, "... tristecuitado, que vivo en esta prisión",  supurando la  contingencia que, mala cabeza, no supo aprovecharse de los resquicicios de indeterminación y se dejó arrastrar sin resistencia por los cantos y bailes tradicionales que, al final, fueron modas. Caguental.


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También me sorprende...  palabra fuerte esta de sorprender-se; digamos, redescribiendo la situación, que "también me atusa el bigote con ligero desparpajo" que sea el sistema, el capitalismo , el que mejor haya asumido la propuesta. Véanse las redescripciones de los hechos que caracteriza el estilo político vigente, las flexibilidad máxima de las identidades (laborales) en la época de la crisis permanente, la posibilidad que se nos anuncia de cambiar nuestro destino, identidad y nombre, en la plaza del mercado de la  sociedad de clases... Todos estos son motivos de la resistencia  postmoderna que tanto nos cuesta poner en obra a los individuos y que también asume el orden que maneja nuestra nave. Quizás eso explique el enamoramiento mutuo del arte contemporáneo y el capitalismo.

  A decir verdad, lo que se nos pide desde la resistencia  es que aprovechemos eso que se nos plantea, la matriz entera del troquelado de oficio, para subvertir desde la libertad la propia máquina de nuestras identidades. O como decía en un poema de los catorce años:

ser a la vez dios
y marioneta
 Aunque en ocasiones me da que el sistema no puede subvertirse pues, en su abstracta falta de horizontes, es capaz de digerir todo.

(Próximo capítulo: el arma de las repeticiones)


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Subir y bajar escaleras


 Marcel Duchamp - Etienne  Jules  Marey

Leo:

 La forma más sencilla de imaginar el futuro de la escritura, si es que la tendencia presente hacia una cultura de la tecno-‐imagen sigue adelante, es imaginar la cultura como un transcodificador gigante de textos a imágenes. Será una especie de caja negra con textos como entradas e imágenes como salidas. (Vilém Flusser)

¿Qué es una imagen?

¿Es la literatura matriz de textos O/Y de imágenes?

Lo visual y la visibilización.

 hacer visible la discapacidad  llenado las calles de la multiplicidad de circunstancias físicas, emotivas o conductuales. Ocupación de lo público es visibilización. 

 La mitología, la religión y el arte - pregunten a los filósofos por qué los enlazaron -  ¿son las fuentes culturales de la imagen o son transcodificadores texto-imagen?.

 Qué aburrido lo de mitologizar (qué estúpido creer que puede hacerse de un modo consciente y planificado)

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 A veces, cuando dejo de estar cansado, el estado de excitación me lleva a subir y bajar  las escaleras andando.

Retorno al cansancio y me digo que nada mejor que el hogar.

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imaginar la cultura como un transcodificador gigante de textos a imágenes

Me codifico en visibilidad al bajar y subir las escaleras al modo Duchamp

Doscientos escalones (me) llevan a

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 Post- data

  Cosas así me recuerdan a la vieja polémica fe-razón que estos días, bastante desganado, explicaba en clase. Decían los nuevos hombres de la nueva iglesia que la religión, en sus reveladísimas experiencias originales, es un cúmulo de imágenes/intuiciones/sin razones que podían ser organizadas textualmente por la teología.

 Ahora nos piden el retorno a las fuentes porque, apuestan,  se han olvidado las imágenes de nuestros signos o, sencillamente insaciables, se necesitan más.

 Credo ut intelligam. Creía aquel Santo Padre que las imágenes reveladas pueden abrirnos mil puertas para nuevas reflexiones- textuales, seguro de vida para la literatura que ya jamás podrá argüir pánico ante el papel en blanco.

 ... más allá de..... está la vida, el arte de permanecer en el cansancio a pesar de las tentadoras sirenas de la excitación, ese ímpetu o conatus que nos lleva a subir las escaleras andando.


lunes, 10 de diciembre de 2012

Jesús, la Comodidad Térmica y la reforma educativa

 Hace frío pero no es para tanto si alguien nos abraza.

Además existen las Calefacciones que devoran la Energía, promete la publicidad que por módicos precios, ubicándonos en esa situación que se da en llamar Comodidad Térmica.

No sabría calcular el gasto/mes que implicará este acurrucamiento en los costados de Comodidad Térmica. No suelo saber calcular y, por eso, a veces sueño con esas cosas dignas de reflexión contable y, filosóficamente, me planteo el sentido y alcance de la Comodidad Térmica, considerada como un derecho básico o una bienaventuranza.

Quien diga que la comodidad térmica (sin mayúscula) es sensación en extremo subjetiva y hasta caprichosa, es un ateo innoble. Que Ellos consideren que esas cosas son licuadas ensoñaciones, manías o preciosísismas sensibilidades,  no nos debe hacer perder la fe en las sólidas rocas de nuestras expectativas.


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 La fluidez del derecho a la educació,  otro capricho y manía subjetiva,  se muestra  en el constante trasiego de normativas. La escuela y el Tiempo tienen una muy peculiar y delicadísima relación. La educación exige una cierta fijación de expectativas y salmodias. Y eso no es obra de un día. Por eso,  abanderada con la banda sonora del like a rolling stone, se siente la escuela de nuevo reformada como un travesti de sí.

 Y ahora Wert renueva y adapta. Like a rolling stone, el ministro amputa la filosofía de las enseñanzas medias y nos traslada a una nueva época, porque los tiempos están cambiando, dice, el señor de la lluvia y el hombre del tamboril lo anuncian.  No hay sitio, bicéfala, para tanta filosofía....

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 Ayer pensaba que Jesucristo, en su vocación por los más desgraciados, seguramente visitará el infierno con cierta asiduidad o, quizás, habite en él de modo casi permanente ofreciendo su regazo de Comodidad Térmica a todos los pecadores. Su omnipotencia e infinitud posibilita que, a la vez, esté siendo objeto de contemplación en la retina de los Justos.

 No se me ocurre otra opción para integrar el Amor ("Ama y haz lo que quiera") y la Justicia que condena al malvado.  Jesús es la objeción de conciencia frente al decreto que juzga a pecadores y eleva en bienaventuranza a los que sufren en la dignidad de la virtud. Jesús es la cifra de la Comodidad Térmica que, según la promesa, habita el universo.

 Jesús capitaneando amorosamente el infierno es idea o símbolo.

 Pensar así dará razones al Pensar del ministro Wert. Le llenará de amor a la filosofía.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Mesura


 «L'hypocrisie est un hommage que le vice rend à la vertu.
Rochefoucauld



 Hay peligro en todo homenaje y por mucho que el poeta dijera que  en el peligro habita lo que salva - no creo, alma, no creo -, habrá que tener al vigía alerta, certificando las invitaciones con criterios blindados, un poco carca, me dices, sí, pero es menester que aquellos que se rinden a la virtud sean en verdad vicios y, siéndolo, dejen sus armas en la puerta, los dientes arrancados y envueltos en un pañuelo, embolsados en la gabán sus sexos, vientres y vejigas, todo el exceso de sus sombras congelado en una mueca o pose ridícula exigida como vestimenta de gala para provocar al menos un simulacro de sonrisa, ligero movimiento de labios que devuelve la medida de las cosas, luz de la virtud esa sonrisa, luz de la muerta que tan bien luce en su ataúd de cuero negro, donación de la lujuria. 

 Es extraño todo homenaje pues resucita viejos y defenestrados modos. No se sabe muy el porqué de la ceremonia. El homenaje del vicio a la virtud quizás desvele a la mesura su muerte ya avanzada, carroña visitada en el espejo de la ebriedad,  como un cuadro de Bacon, retenida la desmesura un segundo en el borde de la carcajada - porque estar en ese limes será toda la pleitesía de la que dispone el que gana, el vicio que reparte las invitaciones para contemplar el descenso de la homenajeada por el espejo.

O pudiera ser de veras el homenaje y el vicio sostuviera la tesis de la virtud como reina del cotarro.

O, bien pensantes, digamos que puesto que al circo y a la hipocresía nos lanzamos - para no decir o decir lo contrario - sea ese ejercicio de mentira todo lo que el ebrio vicio puede ofrecer para salvar su alma en el templo clásico donde habita la vieja medida dos mil años después de su caída en desgracia.

 No se sabe.

Hay muertos que ganan batallas después de muertos y hoy, mi alma, añoro a la vieja dama mesurada

No acepto esa carcajada taxidérmica que el vicio me muestra como si fuese genuina sonrisa. Me huele el vicio a la grasa y el sudor que sus maquillajes desgobernados no eliminan.


viernes, 23 de noviembre de 2012

NUEVAS NOTICIAS DE LA ISLA DE L (Quiet civil war)



Marat Samsonov


 "Parecía, si no el Edén, al menos una historia lenta"
(M.Houellebecq: Plataforma)

 Quitar y poner 

---- hombres obsesionados con quitar (de en medio) lo que toca ----
---- hombres obsesionados por mantener lo que toca ----

   Resistencia in media res
 altercados 
 en los suburbios se lucha por los últimos vestigios de lo que fue el caso. 

Debilidad como de cámara lenta en los combates. 
No press!! 
No pressure!!



Proverbial duración de los adictos al opio.
La lentitud del sueño, la falta de novedades en las aguas profundas.



violencia de emociones en la espada-sombra del hombre tranquilo.
extraño guerrero que ni quita ni pone

abanderado de la historia lenta


 Contra épica cotidiana


viernes, 9 de noviembre de 2012

Entusiasmo




De todas maneras en esta época uno se vuelve a ver poco, incluso cuando la relación arranca con entusiasmo. A veces hay conversaciones anhelantes sobre aspectos generales de la vida; a veces también hay abrazo carnal. Desde luego, uno intercambia números de teléfono, pero en general se acuerda poco del otro. E incluso cuando uno se acuerda y los dos se vuelven a ver, la desilusión y el desencanto sustituyen rápidamente el entusiasmo inicial. (Michel Houellebecq: Ampliación del campo de batalla)

  No sé si sentenciar es lo que toca, ni si es apropiado - para lo que quede de honradez en mi alma -  santificar las propias ocurrencias con la generalización "en esta época", vieja excusa del más vulgar "en mis tiempos". Resulta quizás poco honrado y, sobre todo, tedioso judicializar mis disfunciones convirtiéndolas en cifras de los tiempos que corren. No es cuestión de verdades ni falsedades ni de juicios históricos sobre lo ruin o hermoso de lo que es el caso en las cercanías del ahora. En el campo de batalla ampliado de tedio depresivo se hunde la honradez que asoma el cuello, como aquel perro de Goya, tras el reflejo de la enfermedad ansiosa. Y se hunde por el propio afán der sentenciar, sombra no sé si inevitable del mismo acto de decir y de la escritura.

 No sé si estamos en alguna época o más bien en ninguna. No sé si puede decirse honradamente que  el entusiasmo se despierta desencanto y desilusión porque es  tan triste en su forma lo dicho como trivial en el fondo lo que se dice. Quizás el decir y la escritura no deben enredarse con las trivialidades tristes ni las tristezas triviales.

 Una verdad puede resultar idiotizante para el que la lee como exitosa para el que la escribe. Por mucho que nos encante y nos lubrique.

N.B.

   P. me dijo que , a nuestra edad, tocaba ya preparar una alta-madurez de extravagancia, abandonando el antifaz de buena chica por la vía de la propagación cotidiana de las pequeñas transgresiones. A los pocos días el desgarrón del mal rompió el lienzo de nuestras bromas y propósitos. Nuestro chiste no era nuestro sino del gran hueco de la mierda que nos ataca con su guadaña. Ese hueco de las relaciones rotas e incumplidas se ríe de nosotros cuando nos oye expresar la retahíla de expresiones prudenciales que acompañan la tarea regeneradora:  "tendrá que ser así", "poco a poco", "es lo que toca"...



martes, 6 de noviembre de 2012

“It’s obvious that she doesn’t know how to represent herself to the photographer,”

Jordi Ruiz Cirera: Margarita Teichroeb, 26.
(Premio Taylor Wessing 2012)

"Es obvio que ella no sabe cómo se posa para el fotógrafo. 
Creo que la foto da una idea real de lo que es la vida en esta comunidad.
Te muestra lo lejos que están de los demás. "
(Jordi Ruiz Cirera)


 La ruda madera solo deja que se pose en su lomo la mano dispuesta al trabajo. No se ve esa mano como aquellos pájaros blancos que habitan la  espalda del  animal- búfalo sino, más bien, es signo de fuerza sin mediaciones, hierro o bronce  porta-estropajo, porta-martillo, porta-sierra... Herramienta de cinco dedos que se dejan caer, ni abiertos ni cerrados, sobre la mesa. El trabajo se ha suspendido solo en apariencia porque, sentada, ella está haciendo una imagen como poco antes coció el pan o saló la verdura (¿cree la joven en la imagen y su coquetería?¿qué es para ella una imagen?) . No se ha ido lejos el quehacer y reposa,  sapo blanco y nebuloso,  en la luz difuminada del fondo,  atmósfera de vaho  y  agua que friega suelos y cacharros.

 Se siente, en la simplicidad del estilo de vida de la joven menonita, un dominio sobre los objetos muy poco dado a la licuefacción de los tiempos modernos. El dominio de las cosas lleva en su talle el respeto y, por tanto, la permanencia. Fidelidad a las cosas apegadas a la mano por el recuerdo del esfuerzo que supuso desbastar la materia para crear la comodidad en forma de banco, armario o mesa.

 La simplicidad es ruda como la madera. La comodidad se agradece al señor sobre la mesa que nos acoge.

Todo retrato es un rostro - aunque fuera de espaldas - y  aquí el rostro quiebra su óvalo con la mano que cierra la boca, protege del agua que puede llegar a  ahogar, da autoridad al retratado sobre su imagen por la vía del silencio oportuno. Porque no es timidez lo que desvela sino  dominio de las distancias. 

 Nos separa la mano de Margarita Teichroeb en un primer gesto  pero nos une en comunidad ese pequeño objeto de la derecha de la imagen. Quizás sea un mensaje secreto de complicidad. Es el objeto que ha caído en la contemplación, posado (esta vez, sí) como pájaro sobre el lomo de la mesa. A  la izquierda de la joven, en el opuesto sitio al que ocupan las mujeres difusas del fondo, el conjunto adquiere un desequilibrio y una gracia en virtud del pequeño objeto. Gracias a él sentimos que, en el aislamiento rudo de las protagonistas de la fotografía, puede brillar la ternura de las cosas, ese encanto cálido que nos promete el pan y la sal  de la hospitalidad cómplice. Sin demasiadas palabras. Es un retrato.






miércoles, 31 de octubre de 2012

De la vieja amistad y otros huecos



 Chema Madoz

"Reconocí los silencios como señales. Ya habíamos pasado por aquello (...)De forma paradójica, él parecía quererme más cerca. Quizá fuera la intimidad previa al final, como un caballero que compra joyas a su amante antes de decirle que su relación se ha acabado(…)Comenzamos a hacernos más regalos. Bagatelas que encontrábamos en un rincón polvoriento del escaparate de una tienda de empeños. Objetos que nadie más quería. Cruces de pelo trenzado, deslustrados amuletos y haikus de amor escritos en cintas y cuero. Nos dejábamos notas, pastelitos. Cosas. Como si pudiéramos taponar el agujero, reconstruir la pared resquebrajada. Llenar la herida que habíamos abierto para permitir la entrada a otras experiencias"
(Patti Smith: Éramos unos niños
" Apenas termine de escribir estas líneas, bajaré a la tienda de souvenirs del hotel y le compraré algo, un detalle que la haga sonreír y perdonarme. No soporto pensar en perderla. No soporto pensar en hacerle daño" (...) "El resto es vacío y oscuridad. Llamadas que nadie contesta. Plantas. «Solo en un país devastado», recordé. En una Europa amnésica, sin épica y sin heroísmo" (Roberto Bolaño: El Tercer Reich)


No sabes, te dices, el significado de esto que acaece y ha lugar en la misma sombra de lo que hasta anteayer era expectativa. La cuchara se dobla en tenedor al atravesar la luz el minúsculo espacio que respira el aire. Sorpresa relativa porque algo ya se decía y sospechaba. Pero eso fue en el otro tiempo. Ahora transitas con la vaga certeza de que estabas sobre aviso, que no hay realmente novedad ni sorpresa en ese hueco por el que sigue fluyendo el aire "amnésico, sin épica ni heroísmo", la herida abierta que te advertimos debíais comenzar a cerrar cuando aún eran pertinentes y elegantes los pequeños regalos, las carantoñas de la gramática que solo entienden los que están en la confianza y la intimidad del asunto percibiendo la llegada del ocaso. Se pierde la ocasión o la ocasión no te alcanza o solo te roza en sueños, esos pies fríos en el amanecer. Allí, antes de cruce funesto, pudieron ustedes regalar las mil joyas que envuelven la traición pactada, la ruptura civilizada que puede estirarse en el tiempo como una alfombra mullida en el tránsito hacia las otras experiencias, las vivencias con memoria de lo perdido, orales cánticos de aquellos viejos tiempos heroicos en los que fuisteis, en el extremo de una ilusión, la fuente desbocada que antecede a la intervención del artista. Éramos unos niños, pudo ser la palabra cálida que brotara de tu lengua. La herida no se taponó con regalos ni souvenirs ni haikus. Te quedaste con la palabra en la boca y el tenedor de sombra en la mirada. Se dejó abierta la puerta a la extrañeza como de manera irremediable ocurre con los humanos. Y no era eso, no era eso.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Diario de mudanza

  Algo dice que vocación o tontuna me empuja a suponer que ya allá cruzó el umbral de la puerta el más que vago exhausto deseo de ser erudito o artista o esa combinatoria de serie infinita de ambas posiciones.

 Allá eran mis quince.

 Ahora habita el alma en esa edad en que si se muere ya no se fraguó tragedia sino que hay solo, letal y ridículamente, pena.

 Y el exhausto deseo sigue siendo el eje podrido sobre el que orbita el mundo.

sábado, 20 de octubre de 2012

De cúpulas y templos que son como casas





"Mi mejor amiga fue mi madre. Inteligente, paciente, relajante, razonable, exquisita, sutil, tan ordenada y útil como una araña. Mis arañas son una oda a ella"                                                                                                               (Louise Bourgeoise)

 En la isla de L habitarán arañas de proyección esférica.

 En la isla deberán existir cien cúpulas arácnidas capaces de envolver en hilos de colores mi rostro, solo así convertido en humano

Sea ella

inteligente
paciente
relajante
razonable
exquisita
sutil
ordenada
útil

No se me ocurre nada mejor

En la isla de la tortuga bicéfala habitarán arañas y mil oraciones budistas ondean en el viento.


Imagen: Maman, Louise Bourgeoise en  http://www.europaenfotos.com/

martes, 9 de octubre de 2012

De coleccionistas y museos


"Es curioso advertir la peculiar pasión con que los nazis se entregaban a formar museos para perpetuar la memoria de sus enemigos. Durante la guerra, diversos servicios compitieron desaforadamente por alcanzar el honor de formar museos y bibliotecas antijudías. Gracias a esta curiosa manía se han podido salvar muchos tesoros de la cultura judía europea"
(Hannah Arendt: Eichmann en Jerusalén).

Decía el ilustre Mustafá Mond que los coleccionistas de sellos constituyen la columna vertebral de la sociedad. El filatélico carece de la estúpida manía de pensar en términos globales y de abrir el campo de percepción más allá del objeto mismo coleccionado. Su ética del cuidado atiende a la inmediatez del objeto   y a su ubicación contextual en las no menos interesantes reglamentaciones postales, cima de la literatura burocrática. Un sello con la impronta de un régimen en sus momentos iniciales, es decir, el sello impreso por el antiguo régimen degenerado y sobre el que se estampa la huella del nuevo, el sello que signa el cambio en los reglamentos, parece que tiene más valor por su rareza. Pero no nos engañemos. Su rareza es prueba y certificado de la Normalidad del sistema postal más allá del cambio de criterios estéticos, comunicacionales y políticos.

No sé qué buscan los filatélicos - curiosa la etimología y la polémica que rodea al término - y mis lejanos intentos de llegar a ser uno de ellos no pasaron de ser sendas adolescentes pronto abandonadas sin dejar huella de experiencia digna de ser tenida en cuenta. Parece, desde fuera, que el hombre de los sellos crea un pequeño museo con ciertos aires onanistas pero sin caer en el antipático solipsismo. Carente de experiencia, virgen mi mente de la iluminación que convierte a un ser humano en coleccionista, no sabría decir si el filatélico atiende a los papeles timbrados por la belleza de su dibujo o, ascético, se aleja de las delicadezas de lo bello, siempre sospechosas, y se encomienda la misión de ordenar burocráticamente series, anomalías postales y horrores diversos de la comunicación humana. Armado de un espíritu fuerte, dispuesto a vencer la tentación de lo abstracto y lo bello, el hombre de los sellos quizás pueda coleccionar lo que desprecia para, precisamente, subrayar el orden de las comunicaciones. Las almas decadentes no comprendemos la ascesis.

Me gustan los museos pero, sin duda, me falta algo en el espíritu para ser curator o alma comisaria y conservadora. La gran exposición del Arte Degenerado que organizaron los nazis en oposición al Arte Sano que ellos propugnaban parece, a tenor de lo que nos dice Hannah Arendt, que tuvo mil réplicas y uno se imagina a abnegados funcionarios del Reich creando pequeñas colecciones de mugre antiaria. Que esas colecciones salvaran la memoria de los perdedores es cumplimiento de la sentencia de Mustafá Mond: los coleccionistas salvaguardan la unidad del todo social más allá de las veleidades de la historia y los cambios de régimen. Haciendo abstención de lo "bello", plantaron semillas de futuras bellezas. Pero esas bellezas de hoy están tiznadas por la sospecha de que estamos en lo mismo, oliendo las huellas y  mascando el innombrable sabor del aliento de un burócrata que nos dice que la victoria sobre la maldad de un régimen se celebra con sus viejas colecciones.

jueves, 4 de octubre de 2012

Baile



- I -

Ella escribe, en los más secretos pliegues de su falda de muñeca, el relato épico de aquellos amores que se soñaron al amparo del colorido que apacigua toda la angustia.

Reflejos en las copas azul de hielo.

Era un baile ganado al viento el que siempre quise contigo.


- II -

Si se raspa el ala de la mariposa brotarán monstruos y Titanes dispuestos a tocar las otras músicas de los címbalos.

Advierto por si tocar quieres la delicadeza.


(Imagen: Ciudad encendida, de Danza Mobile.  
" Introducir a una Compañía de Danza, que trabaja con personas con discapacidad intelectual, en los circuitos normalizados de danza, con la intención de que, público, crítica y mercado, valoraran su calidad artística al margen de su discapacidad")

BUENOS CONSEJOS (fábula). Este cerdito es ya carne y manteca

  Tiresias you teach us what it means to hold your own (Kate Tempest: Mantente firme ) Lejos del país del verano rumia el ce...