jueves, 19 de enero de 2012

Drop Out (4º D)


Naomi Fisher: Jungle_Sweat


EL BOSQUE. Es la selva pequeña pieza de perdición construida por un dios ciego (todo piel) con enredaderas, hormigas y flores exóticas.  En esta retícula vegetal son muchas las voces que se tejen y, si inicié el viaje, fue para aprovisionarme de sus almas y  tener rastros de ellas en la mía. Sin embargo, permanece el espíritu callado hasta que alcanza el  limes y , liberado del ramaje, contempla perplejo la amplitud de la planicie y se hace consciente de que dispone ahí, a la mano, de hojas en blanco. Así, hundido mi ojo en los pastos y observado por vacas, dejada la espesura a la espalda, escribiré póstumas historias de las andanzas de otros por el bosque. Contaré grandes hazañas  ocultando, con las mangas de mi gabán de poeta,  las huellas de las ataduras grabadas en las muñecas ( la historia esencial, la épica del bosque, nunca será prosa porque ¡¡ es la selva toda ella esencia de prosa!!). Son esas marcas autorizaciones expresas de la escritura libre- de-bosque,  el recuerdo vergonzoso de lo que hubo que ceder a la espesura, la fila india de los presos en los caminos, el terror a las verjas y los sonidos. También el liberto siente que el tatuaje invisible de sus grilletes le da la voz ajustada y, a la vez, le ahoga; el prisionero del Lager, mirando el número escrito en su antebrazo, tiene patente para narrar en primera persona el paso por la muerte. Pero callamos todos lo importante, la esencia de la prosa del bosque que resiste, en sonrisa tierna y carcajada pantagruélica, el decir de todos los textos.

Nuestros personajes tendrán la tentación ética de relatar lo que sucedió entre los arbustos y en las copas de los árboles; nos hablarán en ese día de las especies miles y sus colores. No dirán que fueron, en la selva, arrastrados de nudo en nudo por la gran red, que no eligieron itinerario sino que, como en el laberinto, se dejaron llevar por las puertas que se abrían y el ahogo provocado por la falta de oxígeno. Sólo es humano el bosque cuando se retira y deja su  calva para construir la choza cerca del río. Habitación con derecho al terror de las sombras. Sombras que son siempre ramas.

 Es el bosque placenta para que se pierdan los niños y vivan encapsuladas las janes que abandonan la seguridad del hogar tarzanesco. Es el bosque fractal para edificar a L y L se retira a esa foresta  como el santo anacoreta o el buda. Entra en el juego de los árboles para dejar de ser el que es y servir a un señor esquematizado en ramas, plantas trepadoras, orquídeas y rascacielos de insectos. Se entra para callar y volver iluminado (aunque lo que se  ilumina es el espacio que está fuera; en el bosque hacen guardia las negras espaldas marcadas por la vara  de sauco).

 Termino este remanso de puesta en limpio de los personajes de Drop Out. Jane, L, el niño y el bosque. Veamos ahora lo que sucedió ¿Adivinan quien manda y marca el tempo de la voz?

10 comentarios:

  1. ...autorizaciones expresas de la escritura libre- de-bosque"

    Sigo pensando en Morel, en la gran creación tuya allá acuñada salmantina, el cuenco enigmático en medio del bosque extendiéndose con olfato y ojos excepcionales. La vegetación expresándose como sólo ella sabe. Con formas. ¿Acaso sin voz?

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  2. El bosque, el reducto oculto donde esconderse a salvo.

    Leyéndote, recordé la maravillosa novela de Djuna Barnes "El bosque de la noche". Sé que nada tiene que ver, pero las asociaciones mentales son libres. A saber si vino por este bosque prometedor que expresa para mi contento:
    "Pero callamos todos lo importante, la esencia de la prosa del bosque que resiste, en sonrisa tierna y carcajada pantagruélica, el decir de todos los textos."

    Abrazos, L.

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  3. Gracias, amigos, por las asociaciones libres. Y por los subrayados. Es productivo - o fructífero - leerse en otros. Cuando seguía la serie de los personajes en las últimas entradas, apareció el bosque exigiendo su parte (o su todo). El bosque no admite voz (quizás porque posee todos los gritos y susurros)pero es tarea nuestra el sonsacar su formas y convertirlas en palabra. Supongo que el bosque es personaje incómodo - como lo es el mar, el desierto o los pantanos. En el mejor de los casos se disfraza de telón de fondo y se filtran sus indicaciones en los personajes. Asocié el bosque a la prosa (y no al poema) aunque no sé muy bien por qué (gesto espontáneo o tontería). En cualquier caso me gusta el enlace. Me gusta el bosque como espacio en el que callamos y nos envolvemos en hojarasaca. Pero el bosque es también espacio del emboscado, del huido, del guerrero venido a menos.

    Gracias amigos

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  4. El bosque es también el espacio simbólico de todos los terrores que nos inculcan a algunos de pequeños y que luego nos persiguen el resto de la vida. A pesar de todo, cualquier niño habría sucumbido a la tentación de entrar para buscar dentro espacios de luz y personajes misteriosos. Buen fin de semana.
    Mila.

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  5. El bosque, Mila, como espacio de nuestros terrores y tentaciones infantiles. Desde luego es interesante esta asociación entre terror y tentación, entre el miedo y la seducción... ¿No crees que este juego es uno de los elementos que construyen tus historias? ¿Es alma de tus relatos el paisaje naíf en el que destellan los brillos negros del terror y la tentación?

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  6. Sí, la verdad es que sí. Y una consecuencia sería la transgresión, que es la que origina el conflicto, la crisis, el cambio necesario para que haya una historia. Otra consecuencia serían los posibles daños que sufre el alma en estas situaciones extremas de bosques infantiles, empezando por lo que cuesta tomar la decisión de entrar. Gracias por ayudarme a ver aspectos de los relatos que son invisibles para mí.
    Un abrazo. Mila.

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  7. Tienes razón: El bosque no admite voz. Sólo sonidos que como las voces se quedan adheridas a la piel y a la memoria: el ave que nos sobrevuela, la rama que cruje, el viento meciendo los pinos la madera vieja, como un aguacero. Olores : la tierra y colores:las bayas. Luz tejida entre las nubes y los árboles altos altos.
    Nieva a mares pero, nada, dentro de él se escucha. La nieve siempre amortigua los sonidos. Huele a frío.
    El bosque como huída; como lugar donde uno está a salvo; Como vientre materno; como lugar siempre vivo.

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    1. Inuk: gracias por el comentario - uno vive de ellos - y por esos hermoso versos que has dejado volando en el otro sitio de la tortuga (acompañando a Hirosima mon amour). Te encuentro en el olvido y eso place.

      Respecto a lo que dices aquí, me acarician tus palabras en sintonía. Sin embargo, no veo el bosque como "lugar donde uno esté a salvo; como vientre materno". No creo que en ningún sitio quepa espacio de remanso. De hecho ya fuimos expulsados del vientre materno sin mayores explicaciones. Añorar esa matriz o pretender encontrarla de nuevo creo que son formas diversas de la morfina que - no obstante - la voz de la tortuga nunca rechaza.Quizás solo se está a salvo en la cresta del riesgo porque, como decía el poeta, sólo donde habita el riesgo está la salvación.

      Un abrazo

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  8. Tal vez sea sólo morfina. Pero tampoco importa que lo sea, mientras me adormezca y con ello no sienta el dolor.

    Reconozco que no hablaba en general, hablé por mí. Durante un tiempo viví cerca de un bosque, un bosque grande. Para llegar a él, antes tenía que atravesar un puente de hierro sobre la autopista. Paradójico que para ir a un bosque antes hubiera que pagar el precio de pasar por ese puente. La inercia y la velocidad hacían que a veces uno estuviese tentado de lanzarse al vacío de un ruido ensordecedor (el del tráfico). Antes de que acabara el puente comenzaban los ramajes y una vez pasado ese umbral, uno extrañamente estaba a salvo. A salvo de si mismo.

    El bosque también es un lugar de abandono. Allí leñadores abandonan a sus hijos. Aún así, Hansel y Gretel, sentían aquel como un lugar seguro.


    No sé si en el riesgo está la salvación o si es una excusa más para no decir que tomamos el riesgo por el sencillo hecho de sentirnos en sus fauces. Ante cualquier caída siempre dirán lo hizo por salvarse, y no dirán Se le fue la mano con la morfina. lo hizo por sentirse con los pies al filo. Parece que es más digno lo primero que lo segundo. Yo ya esta altura dudo todo.

    Pero callemos todos lo importante, la esencia de la prosa del bosque que resiste, en sonrisa tierna y carcajada pantagruélica, el decir de todos los textos...

    ¿y si lo grabases con tu voz, qué cara pondría la otra cabeza?

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  9. Estimada Inuk:

    comparto la duda y ese convivir en ella no es respuesta fácil, no es negativa a plantear la cuestión de si la caminata por el bosque es huida o aventura, postura de erizo o estrategia de araña tejedora. Que el bosque se resista a la prosa tampoco es negativa a estudiar su idioma sino los primeros para reconstruir una gramática que aún no ha encontrado la piedra Roseta. Una gramática cuyos primeros gestos son arañazo y ternura, sonrisa y carcajada, cuchillo que corta y navaja que recorre sensual la piel... Y, como ya te confesé, en la anterior nota, no me tiembla el pulso al confesar mi carácter morfinómano (aunque son las adicciones, por exigencia de su narración, siempre ocultas y privadísimas).

    Respecto a la voz grabada - si te refieres al artilugio que permite oír el texto -, digamos que es máquina para la corrección de mis trabajos. Después de escribir y borrar/reconstruir las palabras, me gusta oír al señor máquina recitándome. Si me emociona (y me hace reír), doy el texto por momentáneamente cerrado, sea, publicable.

    Un abrazo a tu viaje y encantado de hablar contigo.

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