sábado, 7 de enero de 2012

Drop Out (2)


Naomi Fisher: Untitled (1998)
 ( White dress . You can't fight Mother Nature )


- Eres un tío mierda - dice Jane.

 L cae sin dignidad de ángel y no formará un imperio paralelo, su propio y personal infierno. L no es el ángel más bello, ni desea incrementar su cuota de poder o instaurar la democracia en el cielo. L cae por efecto de la física clásica. Con Newton y la torpeza sobran para explicar su ridícula postura como lacería de carne y madera. Su forma (o su sin forma) es celosía de nuestra narración. Una brizna de humor en la casa del náufrago.¡ Lástima que L no pueda verse!. ¡Lástima que en esta situación no sienta suficiente amor por mi criatura como para identificarme, en primera persona, con L!

- Te faltan los otros para tener tu infierno, je,je - piensa Jane.

Te faltan los otros, sí, y has caído como muñequita sin huesos a través del ramaje, arañándote la piel y mostrando que eres una bolsa de órganos con vocación bacteriana. Sin arquitectura  ni esqueleto interno. Poco más que un gusano que derrumba su punto de equilibrio y arrastra en su hundimiento a Jane de un modo parecido a como Hitler se llevó por delante a Eva Braun y Goebbels a Magda y a los niños. Caemos con nuestros fantasmas. L cae en la zona de los pantanos (sin saber si es agua o tierra lo que hay debajo, usando la palabra "pantano" de un modo impreciso, lo que hay abajo, al otro lado, lo que debe ser cruzado para llegar a la montaña, al páramo. Pantano o ciénaga, lo inhabitable, es decir, allí dónde la posibilidad del poema se reduce a casi nada, voz que farfulla disléxica y con monodia de retrasado).

- Estamos aquí, a un palmo de tus narices - dice Jane -. Abre los ojos que yo describiré cómo has quedado.

L está boca abajo como un san pedro crucificado por el bosque, confundiendo las ramas y los miembros, lubricando con la escasa sangre  de sus heridas los maderos. Hecho un Cristo, un Ecce Homo ridículo sin posibilidad de lectura salvífica. Humano. La cara apoyada sobre el lodo, los brazos doblados en una forma imposible y sólo las piernas elevadas. Una bacalada en el secadero. Como si los árboles secos hubieran sido invadidos por algún tipo de parásito imbécil instalado en donde la vida hace tiempo se fue.

- Ahora creo que debemos comenzar a caminar. Basta de irte por las ramas (je,je). No creo que puedas darme gusto en algunos días. ¡He dejado al señor de los monos por un semental con la picha desgarrada! Je,je,je. El niño de trece años está aquí, a mi lado. Dice que no es tu hijo, que no es nadie, sólo un punto que no se atrevió a romper la línea recta y pasó de largo por la escuela. Un niño delincuente, L. L, tío mierda, abre los ojos y mira a tus fantasmas. Tenemos hambre y el espectáculo de tu crucifixión ya nos aburre. Sólo entretienes (y poco) a los insectos.

Jane. Vemos a Jane borrosa, en blanco y negro. Decidida. Abandonó al macho híbrido por el primero que pasó cerca de su casita en los árboles. Siguió a L como perra irónica, esperando su caída necesaria (sólo Tarzán gobierna el arte del volatín selvático).  Jane sonreía con cada tropiezo. Desde que dejó la casa,  Jane espera el resbalón definitivo para poder presentarse como compañera espectral en la tierra, con el tejado arbóreo en el cielo. ¿Es tonta Jane al soñar con el suelo? No (eso esperamos). Todo el mundo sueña con lo que no tiene y, desde su loft selvático, fantasea Jane con la tierra firme aunque sospecha que el suelo en los pantanos es cubierta de nuevas oquedades subterráneas. Las arenas movedizas que tanto atraen al niño de trece años, son tierra de fantasía siniestra e infantil al mismo tiempo, tierra que no es tierra, que no es límite de nada sino zona de tránsito hacia el abajo. Suelo que se hunde y se pinta con charcas. Recuerda el niño: la ameba, el paramecio...

- Hemos tenido suerte (jé). Hay cerca de este paraje una bellísima piscina natural no demasiado llena de bichos.

Jane no es tonta (salvo en la elección de sus parejas). Conoce las pequeñas pozas en las que el agua parece que se escinde de los grumos de tierra y las colonias protozoicas. Agua de veras en la que Jane nada hermosa. Sólo estos baños han alegrado la vida de Jane Los viajes, cada vez más espaciados, con los que tarzán la regalaba el cuerpo, son ahora recordados por Jane mientras se sumerge en la pequeña laguna, no sabemos si río o estanque realmente. L está cerca de la línea de playa interior pero el espectáculo de Jane nadando  se lo pierde L. Casí mejor porque en la posición que nos ocupa, con el cuerpo dolido y doliente, boca abajo y ojo hinchado,  cualquier excitación sexual sería una broma de mal gusto para L y para su pene, para el niño inocente de trece años y para la propia Jane. No seamos crueles. Tiempo habrá para que L y Jane se conozcan.





 Digamos que L empieza a moverse en su jaula de ramas, con poca vocación de mártir,  mientras Jane nada en una pocita cercana y el niño de trece años medita sobre la línea recta, el fractal y la danza de curvaturas que ejecuta Jane en el agua.Niño meditante al que no ha podido hacer sitio la enseñanza obligatoria.

1 comentario:

  1. como siempre merece la pena perder la respiración un rato para acercarse a tu Isla quedándome en la maraña de cintas interminables que me obligan a saltar de poza en poza. un abrazo L

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