no existen equipos de protección individual (WENDY)
Los hijos pequeños de mi profesor de metafísica interpretaban la santísima trinidad como una manta que cubría, en la cama, a dios padre, a su hijo jesucristo y al espíritu santo. Las personas divinas precisan equipo de protección y, en el esquema teológico, la santísima trinidad es el instrumento. La santísima trinidad es artefacto espiritual de protección de uso no exclusivamente personal ni desechable (clase C o D).
Equipo de Protección Individual (Clase C): Reutilizables e Intercambiables con control general (protección ocular y facial, protección del cuerpo frente a radiaciones, riesgo químico, protección de las manos frente a riesgos específicos, protección frente a caídas en altura, frente a riesgo eléctrico, etc.).
Equipo de Protección Individual (Clase D ): Reutilizables e intercambiables con control
específico. (Equipos de respiración autónoma y semiautónoma, etc.).
Guía de selección de Equipos de Protección Individual [EPIs] en el ámbito laboral de la Junta de Castilla y León).
Dejados de la mano de dios, imposibilitada teológicamente la cobertura comunitaria (véase el episodio de la Torre de Babel), nos afanamos las almas en mantener el engaño de una formación integral para la seguridad en el trabajo.
Construimos signos. El amor es uno de ellos (o el marco protocolario común que se dice de muchas maneras).
Sólo hemos testado la urdimbre de los signos en simulacros y especulaciones, en torno a la virtualidad que nos engendra como seres de razón y arquitectos de modelos T. En los días de catástrofe (¿hay alguna institución o grupo de estudios que haya cuantificado el número de las mismas?) los signos saltan hechos pedazos y el T-orden se despierta como forma ridícula y tierna del caos. Sus fragmentos son los imperdibles que aguantan la invisible bandera del punk como filosofía de la época (hay otras, claro). Por eso tenemos aprecio a las palabras y seguimos manteniendo su nombre en nuestro folclore postraumático, como balsa provisional en la nueva tarea.
¿Cuál es la tarea? Construir signos.
Bla, bla, bla
Los dioses murieron de frío cuando la manta que los cubría se deslizó y cayó al suelo. Añoramos las mantas y soñamos siempre, literal y metafóricamente, entre edredones. Sin la cobertura textil o santisimotrinitaria, el ojo que desee ver lo real se tinta de rojo. Se encarna. Sufre.
Sólo me queda contar, con ayuda de la Ficción, mis Equipos de Protección Individual. Este es el proyecto y el sentido de la serie que ahora empiezo.
Me encomiendo a los cadáveres de las tres personas divinas para mostrar los signos de mi fracaso(Q.E.D.)
Sí, L, construimos signos, elevamos catedrales de palabras, plantamos jardines de omisiones y nos hacemos un nido donde poder habitar sin estorbos.
ResponderEliminarSomos humanos, de ahí que el fracaso sea nuestro compañero, aunque intentemos eludirlo con signos, ilusiones que nos sostienen para no dar el salto a o desconocido.
Te abrazo fuerte.
¿Saltar desde el signo?¿Hacia dónde? ¿No es la impotencia del signo síntoma totalitario que oscurece o borra cualquier otro lado?
ResponderEliminarGracias, Isabel, por el abrazo y la palabra
Esos cadáveres putrefactos huelen que apestan, hermano. Tu fracaso -o el mío- como hombre sencillo es muy superior al fracaso de los mitos. Sobre todo de los mitos vinculados al poder y al dinero.
ResponderEliminarFackel.